Granollers

Un nuevo ataque de un perro a un menor en Granollers

El perro iba suelto y sin bozal

Imágenes cedidas por la familia del menor agredido
Imágenes cedidas por la familia del menor agredidolarazon

El perro iba suelto y sin bozal

“Yo estaba con mi amigo, nos estábamos haciendo unas fotos. Cinco minutos antes habíamos visto al dueño con dos perros y uno de esos fue el que me mordió. A lo mejor me escuchó reír o algo y me dice mi amigo: “qué viene un perro”. Yo no me lo creía, me giro y viene un perro. Nos fuimos corriendo, subimos un muro y el perro dio la vuelta al muro y me pilló. Antes de que me pillase, me intenté subir a un árbol y luego me tiró, me empezó a morder. Yo me estuve defendiendo hasta que vino un señor que llamó al perro por su nombre y se fue”. Quien cuenta este último caso de agresión de un perro que iba sin bozal ni correa es un menor de 13 años. No llevar debidamente atado ni con bozal al can, un American Staffordshire según nos dice la madre del niño, Margarita, le ocasionó heridas de diversa índole fruto de los numerosos mordiscos. “No sabría decirte cuántos puntos le han dado. Ha tenido que pasar dos veces por quirófano, porque se le infectaron las heridas. Tiene mordiscos en los dos pies, en un mano... Pero la herida en el tobillo derecho es lo más grave, el médico nos dijo que tenía cuatro fibras dañadas del tendón de Aquiles”. “El cirujano no nos ha dicho cuántos puntos tiene. Pero le da la vuelta al tobillo”, añade el padre.

“Si en vez de tener trece años el niño es más pequeño o menos avispado, el perro le hubiera matado”, afirma David Arcos, perito judicial canino colegiado de Educador de Peludos. Fue él quien nos puso en contacto con la familia del menor. Quiere que estos casos se denuncien porque van en aumento. “El número de ataques de perros está incrementándose, y eso que la mayoría de las veces no se denuncia. Esto no puede seguir pasando”.

“Le ha arrancado mucha carne”, explica Margarita. “Además de los puntos, el doctor le ha dejado huecos por si se le vuelve a infectar...”. Ellos tienen perro, y no entienden como alguien que vaya con sus perros y uno de ellos se abalanza y agrede de esta forma a un niño decida no evitar la agresión. Es que ni se acercó a mi hijo. Menos mal que el amigo del menor salió corriendo y se puso a llamar a los vecinos y a la policía pidiendo auxilio. Fue entonces cuando llegó el suegro del dueño del perro y al llamar al can dejó a mi hijo”. Estos hechos ocurrieron el pasado día 13 de febrero en un descampado de Granollers, otrora un campo de fútbol. El pasado miércoles el menor fue a una de las curas, el jueves le vio el cirujano. Esta semana le volverá a ver el médico que le operó, nos cuenta la madre nerviosa por si le dicen que tiene que pasar por quirófano. Pese a la brutalidad de la agresión, por la que el menor ha estado nueve días ingresado y ahora va con muletas, “el dueño del perro no se ha puesto en contacto con nosotros. A través de la Policía nos han dicho que el dueño está muy afectado y que nos pedía perdón. Pero, ¿cómo le vamos a perdonar? No paró la agresión, no entiendo cómo alguien puede tener un perro así de agresivo, y no lo digo por la raza, sino porque este perro es agresivo vista la agresión de mi hijo”. Un menor que, pese a tener un bulldog francés en casa, tiene, al menos hoy, pánico a los perros. Es lógico. “El otro día iba con mi hijo y vimos a una mujer en la calle con un perro y me pidió que me pusiera en medio para no pasar cerca del animal. Tiene pesadillas, sueña que el perro lo coge, lo mata, tiembla y tartamudea. El amigo también está teniendo pesadillas. Entiendo que tengas un perro de esa raza, pero con esa agresividad no lo entiendo, estaba enrabiado”. Por la gravedad de las heridas ocasionadas a su hijo, y para evitar que pueda volver a agredir a otro niño, los padres han interpuesto una denuncia. De tener menos años, quizá estaríamos hablando de la muerte de un niño de nuevo por una dejación de funciones de los dueños.

“Desde finales de año hasta la fecha ha habido al menos tres ataques de perros graves en Granollers, como el de una mujer atacada por dos PPP a la que le han reconstruido los dedos. Pero mis compañeros de Madrid y Mallorca también aseguran que los ataques de perros van en aumento”. Por eso, David hace hincapié en que los perros considerados PPP, como el American Stanford, tienen que ir con bozal y con correa, además el dueño tiene que tener licencia PPP; licencia que únicamente está ligada a un chip de un animal, no lo puede pasear cualquiera. Y aquellos que tengan una denuncia aunque no sean considerados PPP, también tienen que ir con bozal. Además, todos los dueños de perros, sean o no PPP, han de saber que tienen la obligación de llevarlos atados, sea cual sea su raza o su tamaño. En la montaña también. Ha habido podencos que al ir sueltos en la montaña han tirado al suelo a ciclistas. Sólo se pueden soltar en parques de perros debidamente vallados, con su agua y demás. En el caso de los PPP, los dueños saben que no les pueden quitar el bozal, lo saben, y les da igual. Los educadores caninos tenemos que insistir en esto”.

En 2018 fallecieron al menos cinco personas por ataques de perros, desde 2010 la cifra asciende a 18, según las informaciones que han ido apareciendo en prensa. Por eso, “es muy importante que los dueños hagan caso a las recomendaciones de los educadores caninos. La mayoría de los problemas son por los dueños. A un perro hay que educarlo y requiere tiempo. La sociedad no está preparada para según que perros, sean o no PPP. Antes de tener un perro hay que saber su linaje genético para no acabar teniendo un perro agresivo”.