
Salud
Las verduras de hoja verde podrían ser buenas para el corazón
Iinvestigación de la Universidad Edith Cowan (ECU), la Universidad de Australia Occidental y el Instituto Danés del Cáncer

Una taza y media de verduras de hoja verde podría contribuir en gran medida a combatir las enfermedades vasculares ateroscleróticas, según ha descubierto una nueva investigación de la Universidad Edith Cowan (ECU), la Universidad de Australia Occidental y el Instituto Danés del Cáncer.
Las enfermedades vasculares ateroscleróticas son un subgrupo de las enfermedades cardiovasculares, que en la actualidad son las principales causas de muerte en todo el mundo, sobre todo por infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
La investigación, dirigida por Montana Dupuy, estudiante de doctorado de la ECU, ha descubierto que una mayor ingesta de vitamina K1 en la dieta podría reducir el riesgo de enfermedades vasculares ateroscleróticas.
"Las verduras de hoja verde y las crucíferas, como las espinacas, la col rizada y el brécol, contienen vitamina K1, que puede ayudar a prevenir los procesos de calcificación vascular característicos de las enfermedades cardiovasculares. La gran noticia es que estas verduras pueden incorporarse fácilmente a las comidas diarias", afirma.
Además de su posible papel en la inhibición de la calcificación vascular, la vitamina K también puede ser beneficiosa para la salud musculoesquelética, por su impacto en la resistencia ósea.
El doctor Marc Sim, investigador principal de la ECU, señala que una taza y media de estas verduras (entre unos 70 y 150 gramos según se trate de verduras de hoja o crucíferas) es una forma fácil de aumentar la ingesta diaria de vitamina K y puede reducir nuestro riesgo de enfermedad cardiovascular".
"Esta investigación ha descubierto que las mujeres que consumían aproximadamente un 30% más de ingesta de vitamina K1 que la recomendada actualmente en las Guías Alimentarias Australianas tenían un menor riesgo a largo plazo de enfermedades vasculares ateroscleróticas", añade.
Y apunta que cuando examinaron los vasos sanguíneos del cuello, las que consumían más vitamina K1 también presentaban un menor engrosamiento de estos vasos sanguíneos, un marcador de aterosclerosis.
Los autores esperan que este trabajo sobre el impacto de la vitamina K en la salud vascular, así como en la salud musculoesquelética, ahora ayudará a informar la investigación futura en el Laboratorio de Alimentos Futuros y Gastronomía Digital de la ECU y a ofrecer comidas especializadas como parte de los ensayos clínicos para mejorar la salud de la población.
"Esta investigación ha proporcionado pruebas clave para apoyar nuestros futuros estudios. Ahora estamos creando nuevos alimentos que contienen más verduras de hoja verde ricas en vitamina K1. Estos nuevos alimentos pueden utilizarse en comunidades con necesidades nutricionales y dietéticas especiales, como los residentes en residencias de ancianos", destaca la doctora Liezhou Zhong, investigadora postdoctoral de la ECU.
"Estamos consolidando todos nuestros datos epidemiológicos y convirtiéndolos en un producto tangible que beneficie a la comunidad", avanza, informa Ep.
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