Japón

Vivir 100 años como japoneses

Son alegres, activos y muy luchadores. Así son los más de 65.000 centenarios que viven en el país nipón. Su longevidad no tiene un único secreto, pero a través de sus testimonios desvelamos muchos de ellos

Tomishige Shimizu (100 años). Su cuerpo es más robusto que el de muchos jóvenes gracias a su afición a la pesca. Lo hace en una zona donde el clima es muy severo
Tomishige Shimizu (100 años). Su cuerpo es más robusto que el de muchos jóvenes gracias a su afición a la pesca. Lo hace en una zona donde el clima es muy severolarazon

Son alegres, activos y muy luchadores. Así son los más de 65.000 centenarios que viven en el país nipón. Su longevidad no tiene un único secreto, pero a través de sus testimonios desvelamos muchos de ellos

Nos hacemos viejos. Es una realidad. Los mayores de 80 años ya representan algo más del 2% de la población mundial. En 2010 la esperanza de vida media era de 69 años y se prevé que aumente a 73 en 2030 y a 76 en 2050. Pero vivir más no significa –como se suele creer– que nuestra calidad de vida sea peor. Si no, que se lo digan a los japoneses, donde el número de centenarios bate récord. Japón no es sólo el país de la tecnología, también es el más longevo del mundo. En él viven más de 65.000 mayores de cien años y veinte de cada cien llevan una vida autónoma. Y no sólo eso, con sus arrugas y sus pequeños achaques la mayoría de ellos son felices. «Si uno no es feliz, vivir mucho tiempo sólo será una tortura», afirma Junko Takahashi, una periodista nipona que decidió recorrer su país en busca de los testimonios de los más ancianos. Quería descifrar el secreto de su longevidad que ha plasmado en las páginas de «El método japonés para vivir cien años» (Planeta).

«Es posible vivir muchos años y ser felices», asevera Takahashi a LA RAZÓN en un perfecto español. «Es cierto que los mayores tienen más dificultades físicas y muchas restricciones, pero gracias a la sabiduría que han adquirido con los años son capaces de disfrutar de cada cosa. Además, están libres de prejuicios, así que pueden gozar de las cosas que verdaderamente les gustan. Ninguno de los centenarios que entrevisté consideran la edad como un obstáculo. Muchos de ellos me reconocieron que, cuando se dieron cuenta, ya habían llegado a los 100». Y los testimonios que recoge lo corroboran: «Estos cien años han pasado muy rápido y, únicamente he vivido esforzándome por superar los problemas que se iban planteando. Ahora soy muy feliz y mi objetivo para el futuro es ver los Juegos Olímpicos de Tokyo en 2020 con mis bisnietos», dice Tomotaro Aikawa, de 102 años.

Lo primero que podemos imaginar como parte importante de este camino hacia la «vida eterna» es la alimentación. Sorprendentemente, la autora no ha descubierto «el alimento» que nos gustaría que nos recomendara para alargar los años de existencia, pero sí que aporta una frase importante: «Hara Hachibunme». Dos palabras en japonés que significan «un 80 por ciento de estómago». Con esta pauta es con la que comen en Japón. «Los centenarios practican muy bien este dicho, aunque a mí me gusta algo más», bromea.

Es cierto que a esta «restricción» se suma una dieta con abundante consumo de arroz, pescado y vegetales variados, pero también tienen un punto débil: consumen demasiada sal, por la forma que tienen de conservar los alimentos. Así, uno de cada tres japoneses tienen la tensión arterial demasiado alta.

No hace falta viajar a Asia para saber que el ejercicio es un aliado contra la vejez, pero en el libro, su autora refuerza aún más esta teoría con los testimonios de dos centenarios. Uno de ellos es Hidekichi Miyazaki que ya ha cumplido 106 años y que es plusmarquista de los 100 metros lisos en la categoría de 100-104 años y en lanzamiento de peso. Además, ha ganado 32 medallas de oro en los campeonatos de atletismo de veteranos de su país. Él también ha logrado un récord en su categoría. Por ello, cada vez que termina una carrera hace el gesto de su ídolo, Usain Bolt. «Lo hago con el deseo de verle algún día». Además de sus entrenamientos en pista, Miyazaki nunca olvida los diez minutos de ejercicios que realiza tras cada comida. Gira brazos, cuello y cintura en diferentes direcciones. «Nunca he fallado, es muy importante la continuidad».

Mieko Nagaoka también es una campeona, pero en su caso, nadar es su fuerte. Es la primera persona que compitió en 1.500 metros con cien años. «Si se intenta, se puede hacer. No se puede hacer porque no se intenta». Este es su lema. Los dos empezaron a practicar deporte cumplidos los 70 años, por lo que demuestran que nunca es tarde. Eso sí, a ellos tampoco se les olvida ejercitar la mente. «La escritura es una forma muy efectiva para entrenar el cerebro. En Japón, hay muchos cuadernos en los que copias series, haces cálculo o puedes leer en voz alta. Pero no es necesario comprar nada, muchos con los que hablé tenían su propio diario, otros apuntaban las cosas que les iban interesando e, incluso, entrevisté a un centenario que compra acciones como forma de deporte mental. Me dijo que ahora está en números rojos, pero que estas pérdidas son el coste de la lección», comenta Takahashi.

Otro aspecto que llama la atención es que la mayoría de estas personas hecho frente a varias enfermedades y algunas bastante graves. Entonces, ¿cómo han logrado superar el siglo? De acuerdo con la autora, la sangre de los centenarios tiene más cantidad de una hormona protectora, llamada adiponectina. Esta protección se reduce entre personas obesas. A ello se suma el espíritu de no rendirse nunca con el que cuenta el pueblo nipón. «Es una característica que tenemos en común con los españoles. Es una impresión mía, pero en varias ocasiones he escuchado en España la frase ‘‘Hay que luchar’’ que también se dice en mi país». Y no sólo eso, España también suele aparecer en el «top ten» de los países más longevos. «La alegría y la forma tan social que tenéis de vivir en vuestro país también os acerca mucho a nosotros», afirma.

Takahashi añade algunos rasgos de personalidad claves en la longevidad: son curiosos, libres, francos y muy resueltos.

Se puede poner freno a la vejez

Es imposible revertir los signos del envejecimiento, pero la ciencia sí que es capaz de ponerle freno, como explican Valentín Fuster y Josep Corbella en «La ciencia de la larga vida» (Planeta) donde ofrecen consejos para mantener una buena calidad de vida y abordan los últimos avances en biomedicina para vivir más y mejor.