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Apple gana una disputa clave en Reino Unido: la ciberprivacidad de todo el mundo ha estado a punto de cambiar para siempre
El futuro de la ciberprivacidad se ha disputado en Reino Unido en un caso que ha involucrado tanto al gobierno británico, como a la propia Apple e incluso a Donald Trump
Reino Unido ha dado marcha atrás en uno de los mayores enfrentamientos recientes sobre privacidad digital. Tras meses de presión, el Gobierno británico ha retirado su exigencia a Apple de introducir una “puerta trasera” en sus sistemas de cifrado, lo cual habría permitido a las autoridades acceder a datos de los usuarios de iCloud en todo el planeta sin su consentimiento, sí, incluso los tuyos.
El anuncio llegó de la mano de la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, quien aseguró que el cambio fue fruto de intensas negociaciones entre Washington y Londres. Según explicó, la intervención directa del presidente y vicepresidente estadounidenses fue clave para la toma de la decisión por el país británico.
Esta decisión también te afecta
El conflicto comenzó a inicios de 2025, cuando el Reino Unido invocó la Investigatory Powers Act, una ley que otorga amplias facultades de vigilancia a las autoridades. Bajo esta normativa, el Ministerio del Interior reclamó a Apple que le proporcionase acceso a las cuentas cifradas de iCloud extremo a extremo de los usuarios, lo que se conoce como una "puerta trasera". De este modo, por ejemplo, la justicia británica podría registrar la cuenta del sospechoso principal en una investigación.
En respuesta, Apple se negó y desactivó el cifrado para usuarios británicos. Además, presentó una demanda ante el Tribunal de Poderes Investigativos (IPT), encargado de supervisar este tipo de medidas. La compañía estadounidense argumentó que ceder comprometería la seguridad de todos sus clientes, incluso fuera del Reino Unido, al sentar un precedente legal difícil de revertir, por lo que decidió dejar de proporcionar cifrado en el país.
Mediante su "no", estaba obligada a dejar de prestar cifrado de extremo a extremo en Reino Unido, porque no podía hacerlo sin la puerta trasera. Eliminar el cifrado de extremo a extremo supuso reducir la el blindaje de su nube en territorio británico, por lo que las cuentas de los usuarios son ahora más vulnerables.
Un aspecto clave a tener en cuenta de este episodio es que la puerta trasera de las autoridades británicas, permitiría a estas no solo acceder a la información de ciudadanos del país o residentes en este, sino de todo el mundo. Por ejemplo, los usuarios españoles también se verían afectados. A su vez, un sí de Apple posiblemente conllevaría un efecto dominó con otras naciones exigiendo puertas traseras.
Choque entre Reino Unido y Estados Unidos
Mientras tanto, Estados Unidos observaba el caso con preocupación. Funcionarios norteamericanos advirtieron que la orden británica podría entrar en conflicto con el CLOUD Act, un acuerdo bilateral que regula el acceso a datos almacenados en servidores de compañías tecnológicas. De acuerdo con Washington, forzar una puerta trasera vulneraría ese tratado y crearía tensiones diplomáticas entre ambos países.
La presión política surtió efecto. Según detalló la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Londres decidió retirar oficialmente la exigencia, evitando así un enfrentamiento mayor con Apple y con la Casa Blanca. No obstante, ni Apple ni el Ministerio del Interior han confirmado todavía si el servicio de cifrado avanzado volverá a estar disponible para los usuarios británicos, lo que deja abierta una incógnita importante.
Over the past few months, I’ve been working closely with our partners in the UK, alongside @POTUS and @VP, to ensure Americans' private data remains private and our Constitutional rights and civil liberties are protected.
As a result, the UK has agreed to drop its mandate for…— DNI Tulsi Gabbard (@DNIGabbard) August 19, 2025
El caso refleja el dilema entre seguridad nacional y privacidad individual. Las autoridades afirman que tener acceso a las cuentas de los usuarios más sospechosos les facilita resolver crímenes, anticiparse a ataques terroristas o reforzar la seguridad nacional, pero también supone un agujero para la privacidad del usuario, quien estaría obligado a confiar, quiera o no, en que el Estado solo usaría esos datos para el bien común.
De momento, el pulso se ha resuelto a favor de la privacidad, pero la retirada no significa que el debate esté cerrado. El Reino Unido conserva la capacidad legal de volver a plantear exigencias similares en el futuro, por lo que la posición de Apple seguirá siendo un punto de fricción cada vez que se discuta hasta dónde deben llegar los límites del cifrado.