Pixar

Así es como la tecnología de Pixar inspiró el desarrollo de drones militares más letales

La animación digital que revolucionó el cine ahora impulsa sistemas bélicos con consecuencias éticas inquietantes

Escena del tráiler de "Toy Story 5"
La tecnología creada para películas como Toy Story ahora impulsa drones militares capaces de identificar y atacar objetivosPixar

Lo que comenzó como un avance para dar vida a unos personajes animados que marcaron a una generación terminó siendo una herramienta para la guerra.

RenderMan, el sistema que permitió que un grupo de juguetes corriera por una habitación en Toy Story, o que unos coches cobraran vida, ahora también sirve para que los drones militares construyan mapas tridimensionales de su entorno y reconozcan personas u objetos en movimiento.

De la animación al campo de batalla

Lorena Jaume-Palasí, experta en ética y asesora del Parlamento Europeo, lo explica con crudeza: “Estos aparatos necesitan una mirada muy escultural del espacio para entender qué es un puente, una persona o un árbol, y eso es muy difícil de modelar”.

Y sin embargo, la misma tecnología del cine infantil se ha convertido en un recurso militar.

Pero este vínculo entre Hollywood y el Pentágono no es algo nuevo, y es que esta asociación viene de muchos años atrás. En 1953, el presidente Dwight D. Eisenhower advertía en una carta sobre la necesidad de mantener oculta la intervención del gobierno en la industria del entretenimiento.

Fue él quien acuñó el término “complejo industrial-militar” y quien impulsó DARPA, la agencia que décadas más tarde sería clave para el éxito de Pixar.

Jacob Gaboury, profesor en la Universidad de California, recuerda que casi toda la investigación informática de los años setenta y ochenta estuvo financiada por el Pentágono.

La animadora Samantha Youssef confirma esta comparación tan ingeniosa como realista: “Hay una conexión directa entre Toy Story y los drones que identifican y disparan a personas en las guerras”.

Para ella, las grandes producciones de animación por ordenador, sin proponérselo, han contribuido a desarrollar robótica militar con capas artísticas.

Los programas de renderización en 3D ayudan a representar el espacio y a entender cómo se mueve un personaje, pero también permiten que una máquina reconozca y ataque objetivos humanos.

Y es que, al pararse a pensar, la misma tecnología que nos hizo soñar con juguetes que cobraban vida se ha convertido en un instrumento para matar.

Y en esta paradoja se muestra la cara más incómoda del progreso: algo que nació para entretener puede terminar siendo usado para matar a esas personas que antes se quedaban embobadas frente a la televisión con Pixar.