La industria tecnológica es tan compleja y avanza a un ritmo tan frenético que en ocasiones incluso las figuras de mayor reconocimiento y con los lanzamientos más vanguardistas a sus espaldas necesitan un punto de suerte en sus decisiones que respalde, más si cabe, su prestigio y la posición de sus compañías dentro de la industria.

En el año 2019 se produjo uno de esos movimientos, cuyas repercusiones en un primer momento resultan difíciles de calibrar, pero que el paso del tiempo ha demostrado haber sido beneficioso para ambos implicados. Hablamos de la colaboración entre Microsoft y la empresa de investigación y despliegue de inteligencia artificial OpenAI.

La opinión inicial de Gates sobre OpenAI

Lo más llamativo de ese acuerdo es que estuvo a punto de no tomar el rumbo final, puesto que en primera instancia contó con la oposición de toda una institución como el cofundador de Microsoft, Bill Gates. Su cambio de opinión se ha visto recientemente al señalar las capacidades que puede llegar a alcanzar la IA.

Así lo han confesado personas muy cercanas a la negociación y al actual director ejecutivo de la compañía, Satya Nadella, quien ya por aquel entonces se encontraba al frente de las operaciones de Microsoft y quien acudía a conocer la opinión de Bill Gates como padre de la compañía que será siempre ante eventos que podían cambiar el rumbo de la entidad.

La confesión acerca de las dudas iniciales de Bill Gates al pacto con OpenAI ha visto la luz en el marco del reportaje que la cadena de información financiera y noticias Bloomberg realizó en su espacio “El Circuito”, presentado por Emily Chang.

En una trayectoria de 50 años son muchos los puntos de inflexión y las decisiones que ha tenido que tomar la cúpula de Microsoft, pero en el contexto actual y con la importancia que está acaparando la inteligencia artificial, es lógico que en el repaso a la historia de la empresa de software se haga una parada en su vinculación con OpenAI.

Como decimos, a esa unión estuvo a punto de oponerse Bill Gates por razones tecnológicas, ya que creía que el desarrollo del mercado de la inteligencia artificial sería diferente y que lo que Sam Altman y el resto de responsables querían hacer no iba a ser como debería: “Quizás fue una suerte haber elegido el caballo adecuado”, señala una de las trabajadoras de Microsoft cercanas durante la negociación a Satya Nadella.

El propio Satya Nadella explicaba a Emily Chang la necesidad mutua de las compañías en este tipo de acuerdos y apostaba por prolongar esas uniones, pero no solo con OpenAI: “Hay que abordar todas las alianzas y crear alianzas estables a largo plazo que beneficien a todos, ¿verdad? Así que espero que, durante las próximas décadas, Microsoft y OpenAI se asocien de diversas maneras. ¿Tendrán otros socios? Por supuesto”, reconoció el propio Nadella.

Conocer los entresijos de operaciones que afectan a referencias en su sector como es el caso de Microsoft y OpenAI no suele ser fácil. Haber podido conocer de primera mano, por gente que estuvo inmersa en el proceso del acuerdo, la posición inicial de Bill Gates y el cambio de rumbo posterior hasta establecer las bases del acuerdo final es algo a destacar en los tiempos modernos.