Ciencia

Cómo un fenómeno cósmico dejó en tierra a más de 6.000 aviones

Una lluvia de partículas del espacio provocó fallos en los sistemas de miles de aviones Airbus y obligó a realizar una de las mayores revisiones técnicas de la historia de la aviación

An Airbus A320 Family aircraft is displayed at the mock-up centre of the Airbus aircraft manufacturer, in Blagnac, near Toulouse, southern France, 20 March 2019 (reissued 29 November 2025).
Un avión modelo Airbus A320 Family FREDERIC SCHEIBERAgencia EFE

Todo comenzó el 30 de octubre de 2025, cuando un vuelo de JetBlue entre Cancún y Newark perdió altitud de forma repentina. El avión, un Airbus A320, tuvo que desviarse a Florida después de que varios pasajeros resultaran heridos. Al principio se pensó en una simple avería, pero la investigación posterior reveló algo mucho más inquietante: la causa estaba en el espacio.

Los ingenieros de Airbus descubrieron que una partícula subatómica procedente del cosmoshabía alterado un fragmento de código dentro de uno de los ordenadores del avión. Este fenómeno, conocido como “bit flip”, ocurre cuando una partícula de alta energía cambia un 0 por un 1 dentro de un microchip. Puede parecer insignificante, pero en sistemas tan sensibles como los de una aeronave, basta para desatar el caos.

Un fallo invisible

La radiación cósmica, formada por protones y neutrones que llegan desde el Sol y desde explosiones estelares lejanas, atraviesa la atmósfera constantemente. A grandes altitudes, su impacto es mucho mayor, y los aviones (especialmente los que utilizan control electrónico “fly-by-wire”) son más vulnerables que los sistemas en tierra.

Tras el incidente, Airbus emitió una alerta global y, junto a las autoridades aeronáuticas de Europa y Estados Unidos, ordenó la revisión urgente de más de 6.000 aeronaves de las familias A319, A320 y A321. Durante el último fin de semana de noviembre, miles de vuelos fueron cancelados o retrasados mientras los equipos técnicos instalaban actualizaciones de software y, en unos 900 casos, nuevos módulos informáticos.

Las actualizaciones actúan como una barrera temporal: refrescan continuamente los datos del sistema para evitar que un posible error llegue a afectar al control del avión. Aunque la mayoría de los aparatos volvió al aire en cuestión de horas, el suceso ha dejado una advertencia clara.

A medida que la tecnología avanza y los chips se hacen más pequeños, también se vuelven más sensibles a la radiación. Un impacto que antes no causaba daño ahora puede alterar un bit de información y desencadenar un fallo en cascada. Lo que ocurrió con Airbus podría repetirse en satélites, automóviles o incluso dispositivos médicos.

“Cada vez dependemos más de microprocesadores diminutos, y eso significa que el riesgo de errores provocados por el espacio aumenta”, explica Matthew Owens, profesor de física espacial en la Universidad de Reading. “Los rayos cósmicos no distinguen entre un avión o un ordenador doméstico”. Por ahora, los científicos trabajan para crear estándares de protección frente a la radiación espacial, aunque aún no son obligatorios en la industria aeronáutica.