Sistema operativo
El desastre de la última actualización de Windows 11: rompe los SSD de los usuarios y puede corromper sus datos
La última actualización de Windows 11 provoca graves problemas en el almacenamiento, haciendo que discos duros y SSDs desaparezcan o se vuelvan ilegibles para los usuarios
Las recientes actualizaciones KB5063878 y KB5062660 de Windows 11 están generando una alarma considerable entre los usuarios, al provocar fallos críticos en el almacenamiento. Este problema se suma al detectado a comienzos de mes por la firma de seguridad GuidePoint Security y que afectaba al nivel defensivo de Microsoft Defender. Lo cierto es que Windows 11 ha traído un número importante de actualizaciones basadas en inteligencia artificial pero urge una revisión a nivel seguridad
Las incidencias recientemente descubiertas hacen que las unidades de disco, tanto SSD como HDD, desaparezcan del sistema o se vuelvan ilegibles, lo que conlleva una alta probabilidad de corrupción de archivos. La gravedad del problema reside en el riesgo inminente para la seguridad y la integridad de los datos) de millones de usuarios a nivel global.
Fabricante de chips reconoce efectos a nivel industrial
Estos fallos de almacenamiento se manifiestan principalmente durante operaciones de escritura intensivas, especialmente cuando las escrituras sostenidas se aproximan a los 50 gigabytes o superan el 60 por ciento del uso del controlador. El hardware más afectado incluye unidades SSD construidas con controladores NAND de Phison, sobre todo los modelos sin DRAM, y ciertos discos duros de grado empresarial. La hipótesis principal sobre la causa de estos problemas apunta a una sospecha de fuga de memoria en la región de caché del sistema operativo de Windows.
En un principio, el problema fue reportado por un constructor de PC y entusiasta japonés, lo que llevó a sugerir que podría tratarse de una incidencia limitada a una región específica. Sin embargo, la magnitud del asunto ha tomado una dimensión considerable, extendiéndose más allá de las fronteras inicialmente planteadas.
Como señalamos, esta percepción inicial ha sido rápidamente desmentida por los hechos. Phison, un actor fundamental en el sector de los semiconductores, ha reconocido tener constancia de los efectos a nivel industrial de las mencionadas actualizaciones de Windows 11, KB5063878 y KB5062660, en los dispositivos de almacenamiento, incluyendo algunos que ellos mismos soportan según se ha informado desde Neowin. La compañía ha confirmado que está investigando activamente la situación, lo que amplía la magnitud del problema y su relevancia a nivel global.
Así las cosas, la situación actual pone de manifiesto la seriedad de los fallos y el riesgo inminente que estos suponen para la integridad de los datos de los usuarios. A día de hoy, no existe una solución inmediata disponible, ya que Phison continúa con sus labores de investigación para determinar la raíz del problema y ofrecer una vía de resolución.
Por tanto, esta situación subraya la urgencia de una respuesta por parte de Microsoft. La compañía, como responsable de un sistema operativo utilizado por millones de personas, debe ofrecer mayor transparencia y rapidez en la resolución de estos problemas que afectan directamente a la fiabilidad del sistema operativo a escala global.