Para mí, este sangriento western es la película más salvaje, elegante y disfrutable que ha hecho Tarantino

Cuando el director de Pulp Fiction y Malditos bastardos decidió llevar al cine su particular visión al lejano oeste, el resultado fue este: una película que es puro Tarantino de principio a fin. Fue un éxito rotundo tanto en crítica como en público: en la exigente plataforma de FilmAffinity se coloca con un 7,9/10, pero es que en la prestigiosa Rotten Tomatoes alcanza un espectacular 87% y 92% de valoraciones positivas, respectivamente.

Y no es para menos, teniendo Jamie Foxx en la piel de un esclavo convertido en cazarrecompensas, a Christoph Waltz como su peculiar mentor alemán, y a un Leonardo DiCaprio luciéndose como uno de los villanos más desagradables que ha hecho, completamente desatado. No falta tampoco Samuel L. Jackson, que se roba cada escena en la que aparece. La película es una mezca violencia explícita, humor negro y diálogos afilados con la soltura de quien conoce el género y lo reinventa a su antojo.

Ni el Lejano Oeste fue tan salvaje como esto

En el sur de Estados Unidos, dos años antes de la Guerra de Secesión, un esclavo llamado Django (Jamie Foxx) es liberado por el doctor King Schultz (Christoph Waltz), un carismático cazarrecompensas alemán que necesita su ayuda para identificar a unos peligrosos criminales. A cambio de su colaboración, Schultz le promete la libertad y le enseña el oficio de cazarrecompensas, convirtiendo a Django en su socio mientras recorren el país tras la pista de los forajidos más buscados. A medida que Django perfecciona sus habilidades, su determinación y destreza lo llevan a enfrentarse a un mundo hostil marcado por la brutalidad, el racismo y la violencia.

Sin embargo, el verdadero objetivo de Django es mucho más personal: encontrar y rescatar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), quien fue separada de él por el tráfico de esclavos y ahora está en manos de un cruel terrateniente sureño. Junto a Schultz, Django se embarca en una peligrosa misión en la que deberá infiltrarse en la plantación más temida de la región, llamada Candyland, enfrentándose a nuevas amenazas y a un sistema despiadado, pero sobre todo al despiadado terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). La película explora temas de venganza, justicia y redención, enmarcados en una historia de acción y aventura con el inconfundible estilo de Quentin Tarantino.

Por supuesto, hablamos de 'Django desencadenado', una de las joyas de la filmografía de Tarantino. Tiene una duración de 2 horas y 45 minutos, así que no es la típica película para ver en una sobremesa o a última hora antes de cerrar el ojo, pero merecerá la pena. A día de hoy, solo se encuentra disponible en el catálogo de Netflix.