Robo de coches

Flipper Zero, el gadget de los hackers, empieza a usarse para robar coches

Parece un Tamagotchi, pero es una navaja multiusos con la que muchos delincuentes están robando coches fácilmente

Flipper Zero
Un Flipper ZeroAmazon

En los últimos meses, un pequeño dispositivo llamado Flipper Zero ha pasado de ser un juguete para entusiastas de la tecnología a un quebradero de cabeza para las autoridades. Su tamaño de bolsillo y su diseño inocente esconden una herramienta que funciona como una navaja multiusos a la hora de hackear, desbloquear o robar dispositivos tecnológicos.

Lo que nació como un proyecto educativo para aprender sobre comunicaciones inalámbricas, se ha convertido en un recurso para delincuentes que buscan robar coches sin forzar cerraduras o hacer puentes. De hecho, en países como Canadá, el auge de robos mediante este gadget ha llevado a prohibir su venta.

Una navaja suiza digital de bolsillo

En su interior alberga antenas y lectores que permiten copiar, emular y reproducir señales de radiofrecuencia, RFID y NFC. Eso significa que puede guardar la información de una tarjeta de acceso, imitar un mando de garaje o incluso convertirse en un mando universal para la televisión. Su pantalla recuerda a la de un Tamagotchi y hace que manejarlo sea tan simple como navegar por menús.

El dispositivo es legal y su desarrollo fue pensado para investigadores de seguridad informática, estudiantes o aficionados a la electrónica. Sin embargo, como ocurre con cualquier herramienta, el límite está en el uso. Usarlo para clonar tu tarjeta del garaje y así tener una llave de repuesto resulta totalmente legal, clonar la de tu vecino para robarle el Nissan que está pagando a plazos, no.

El problema surge cuando estas capacidades se aplican al mundo automovilístico. Muchos vehículos modernos utilizan sistemas de apertura sin llave basados en señales de radiofrecuencia. El Flipper Zero puede interceptar y replicar esas señales, permitiendo que alguien abra un coche sin romper cristales ni forzar cerraduras. Después, aunque arrancar el motor requiere pasos adicionales, en algunos modelos menos protegidos es posible manipular también esa parte del sistema.

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La situación se ha vuelto tan preocupante en Canadá, que el Gobierno ha prohibido la venta del Flipper Zero. Su argumento es que, aunque la herramienta tenga un fin educativo, la proliferación de robos vinculados a este gadget demuestra que los riesgos superan a los beneficios. Esta medida ha generado controversia, pues los defensores del dispositivo aseguran que es el equivalente digital a un destornillador: útil en manos correctas, peligroso en las equivocadas.

A día de hoy, el Flipper Zero sigue disponible en gran parte del mundo. Se puede comprar en su web oficial o a través de plataformas, como Amazon, con un precio que ronda los 200 euros. Su popularidad ha hecho que en ocasiones esté agotado, y en el mercado de segunda mano alcance cifras mucho más elevadas, junto a la proliferación de falsificaciones. En España y otros países europeos no existe ninguna restricción específica, pero las autoridades están empezando a seguir de cerca su uso.

El debate en torno al Flipper Zero presenta un debate: ¿hasta qué punto debe prohibirse una herramienta por el mal uso que puedan darle algunos? Mientras tanto, este pequeño gadget sigue sumando adeptos entre curiosos y profesionales de la seguridad.