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Unos investigadores chinos presentan el cristal que revoluciona la energía solar y que pronto estará en nuestras casas

Un vidrio autolimpiable desarrollado en la Universidad de Zheijang promete reducir costes, ahorrar agua y generar energía renovable desde las propias ventanas

El truco desconocido de las ventanas para ponerlas en "modo invierno"
El cristal autolimpiable expulsa el polvo en menos de diez segundos y puede integrarse con paneles solares para producir electricidadLa Razón

El polvo y el barro forman parte natural de los ecosistemas, pero cuando se acumulan sobre nuestras infraestructuras se convierten en un problema cotidiano.

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Piensa en esas mañanas en las que el sol entra por la ventana y, en lugar de iluminar la habitación, lo que ves es una capa de polvo que apaga la claridad, o en las fachadas de los edificios que requieren costosos mantenimientos con agua y detergentes.

O en los paneles solares que deberían estar generando energía y, sin embargo, pierden eficiencia porque la suciedad se acumula sobre ellos.

Y es que mantener limpias las superficies de vidrio en nuestras ciudades cuesta dinero, agua y esfuerzo humano.

Un cristal que se limpia solo

Ahora imagina que todo eso desaparece con un simple gesto. Unos científicos de Zheijang en China han creado un cristal que se limpia solo en cuestión de segundos.

No necesita agua ni detergentes, ya que basta con aplicar una señal eléctrica para que las partículas de polvo salgan despedidas como si nunca hubieran estado ahí.

Y en menos de diez segundos, la superficie queda impecable y protegida contra suciedad para que no vuelva a pegarse.

La idea cambia por completo la forma de pensar nuestras ciudades, en las que podríamos imaginar edificios altos que ya no requieren operarios colgando de cuerdas para limpiar fachadas.

Escaparates y hospitales que mantienen su transparencia sin gastar recursos, paneles solares que captan más energía porque el polvo deja de ser un obstáculo… y todo esto con un sistema sostenible y escalable, perfecto para lugares donde el agua es escasa.

Y lo más fascinante es que este cristal no solo se limpia, sino que también puede producir energía.

Integrado con tecnologías fotovoltaicas, convierte nuestras ventanas y fachadas en generadores de electricidad.

Podemos pensar así en un futuro no muy lejano en el que las paredes de vidrio de los edificios se mantienen limpias con solo pulsar un botón y, al mismo tiempo, abastecen de energía a quienes viven dentro.