
Armamento
Palmer Luckey, creador de armas con IA: "No hay base moral para fabricar una mina terrestre que no distinga entre un autobús escolar lleno de niños y un blindado ruso"
El joven emprendedor estadounidense respalda su idea de emplear vehículos autónomos e inteligencia artificial en materia de defensa para preservar tanto a soldados como a civiles

Cuando expertos en inteligencia artificial como Geoffrey Hinton apuntan a los peligros que puede comportar su evolución lo hacen pensando en la aplicación de esta nueva tecnología en ámbitos como el militar.
Pese a que la tendencia, dirigida por las compañías inmersas en su desarrollo, es la de plantear los escenarios del ámbito de la salud o la educación en que puede tener cabida y suponer un avance único, es inevitable pensar en la vertiente que puede tener la inteligencia artificial en materia de defensa.
Una posibilidad que allá por 2017 vislumbró Palmer Luckey y que le llevó a fundar la compañía Anduril, que ahora trabaja mano a mano con el gobierno de Estados Unidos para dotar a su ejército de elementos como el casco EagleEye y otros equipos también impulsados por inteligencia artificial con los que lograr una posición de ventaja a nivel mundial en este ámbito.
Beneficios de la IA en recursos de defensa
Palmer Luckey es un joven emprendedor estadounidense (tiene 33 años) que desde sus primeros años se vio atraído por la tecnología. Como muchos otros, sus inicios fueron en el garaje de su casa, donde aprendió lo suficiente como para desarrollar la empresa de realidad virtual Oculus, adquirida por Facebook por 2.000 millones de dólares y que valieron a Luckey su fortuna y un puesto en la compañía de Mark Zuckerberg, de la que salió en 2017.
En aquel momento, Luckey consideraba que todavía había recorrido en el sector tecnológico y en una vertiente poco explorada como la defensa, y fue cuando fundó Anduril Industries junto a otros inversores. Desde ella, con ese aspecto desenfadado que le otorgan sus habituales camisas hawaianas y sus chanclas, Palmer Luckey quiere modernizar el ejército estadounidense mediante sus sistemas autónomos y basados en inteligencia artificial.
Tras esa pretensión están ideas como las expuestas por el joven empresario en el espacio 60 minutos de la cadena estadounidense CBS, en el que Luckey planteó la razón para poner en marcha Anduril: "La idea detrás de Anduril no era construir un contratista de defensa, sino una empresa de productos de defensa. Una empresa de productos tiene una mentalidad muy diferente. Estás invirtiendo tu propio dinero. Estás invirtiendo tu propio tiempo", apuntó.
La filosofía de Luckey, y por tanto la de Anduril, van más allá: tratan de aprovechar esa evolución de la inteligencia artificial para contar con vehículos o aeronaves que puedan ser manejados a distancia, evitando así el riesgo vital para pilotos, conductores y demás miembros del ejército.
De igual modo, Luckey señalaba durante su entrevista otra de las ventajas de la aplicación de inteligencia artificial en materia armamentística enfrentando los riesgos de elementos actuales con las oportunidades que pueden ofrecer sus evoluciones:
"No hay ninguna base moral para fabricar una mina terrestre que no distinga entre un autobús escolar lleno de niños y un blindado ruso. No se trata de armas inteligentes o inexistentes. Se trata de armas inteligentes o armas tontas"
Un ejemplo con el que Palmer Luckey trata de restar ese punto de miedo que puede haber detrás de contar con inteligencia artificial en elementos bélicos y de uso militar. Frente a quienes alertan de los riesgos de una evolución feroz de la inteligencia artificial, el joven emprendedor expuso su particular punto de vista: “Me preocupan mucho más las personas malvadas con avances tecnológicos mediocres que la IA decidiendo que nos va a exterminar a todos”.
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