Cuando las grandes mentes del universo tecnológico realizan una predicción, su apuesta llega con recelo y a la vez expectación para los usuarios. Por un lado, cuando la afirmación se hace poniendo en duda las posibilidades de futuro del producto de un competidor, resulta lícito que se considere que puede haber intereses en minar el potencial. Por otra parte, no deja de ser una opinión vertida por una referencia, con lo que merece cierta valoración.

Existen multitud de ejemplos al respecto, pero en esta ocasión nos vamos a fijar en cómo Bill Gates, cofundador de Microsoft, fue capaz de leer a la perfección hace dos décadas cuál sería la evolución de uno de los productos más revolucionarios de Apple y a la vez de los que antes quedaron relegados a la insignificancia. Nos referimos al iPod.

Éxito efímero del iPod

La capacidad visionaria de Bill Gates resulta indiscutible. No obstante, hablamos de quien impulsó junto a Paul Allen en 1975 el nacimiento de Microsoft con un sueño: poner un ordenador en el escritorio de cada hogar. Pese a que Gates ha tenido manifestaciones no tan exitosas como el lanzamiento de su empresa de productos de software, por ejemplo al hablar de la guerra entre Ucrania y Rusia, lo cierto es que atesora más aciertos que errores y con el dispositivo de Apple clavó su análisis.

El iPod nació a comienzos de 2001 y lo cierto es que tuvo un impacto destacado por la sencillez de uso, su diseño compacto y su capacidad de almacenamiento. Una revolución para la industria musical a la que, sin embargo, adelantaría por la derecha un hermano mayor con muchas más capacidades adicionales, tal como predijo Bill Gates tan solo cuatro años después de la irrupción del iPod.

Corría el año 2005 y el filántropo y millonario estadounidense ofreció una entrevista al medio alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung en la que apuntó a la evolución de los teléfonos móviles y las capacidades que éstos podían alcanzar como barrera infranqueable para el éxito sostenido del iPod.

Gates fue capaz de dibujar un futuro tecnológico que se ha ido cumpliendo a paso a paso para los teléfonos móviles. Un aparato que, con cada avance, lograba ofrecer más al usuario: telefonía, mensajería, cámara, GPS, entretenimiento audiovisual… Todo ello en un solo aparato. Y entre sus cualidades, almacenar y reproducir música como el encumbrado iPod.

Por tanto, con el paso del tiempo y la evolución de los teléfonos inteligentes… ¿Quién iba a querer llevar encima dos dispositivos para hacer algo que uno de ellos solo ofrecía además de muchas otras posibilidades? Bill Gates durante la conversación con el medio alemán lo resumió perfectamente: “No creo que el éxito del iPod pueda perdurar, por muy buena que sea Apple. Hay paralelismos con la Macintosh, que en su día dominó, pero perdió su posición cuando los consumidores exigieron más”. Esa exigencia la cubrían los cada vez más modernos y versátiles teléfonos móviles, relegando a un segundo o tercer plano al iPod.

Y así fue como todo un visionario como Bill Gates anticipó el paso del iPod a un rincón de la memoria de una generación, puesto que si hoy en día preguntamos a jóvenes que ronden la veintena qué es un iPod, tal vez pocos sean capaces de dar una respuesta correcta. Lo que no pudo o no supo hacer Bill Gates fue obtener beneficio empresarial a su predicción sobre el iPod, cuestión que hace dudar ligeramente acerca de la creencia en su propia premonición.