Inteligencia Artificial

La IA predice cuánto falta para que se acabe el mundo: no está tan lejos

Gracias a su capacidad para analizar grandes volúmenes de información, se ha convertido en una herramienta capaz de anticipar fenómenos naturales, crisis económicas o incluso tendencias científicas

La IA predice cuánto falta para que se acabe el mundo: no está tan lejos
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Durante siglos, la idea del fin del mundo ha despertado fascinación y temor a partes iguales. Pensar que, en algún momento, todo lo que conocemos podría desaparecer genera una profunda inquietud y, al mismo tiempo, una gran curiosidad. Parte de ese interés se explica por el miedo natural del ser humano hacia lo desconocido, hacia aquello que no puede controlar ni entender.

Mientras la muerte individual es un hecho asumido, la desaparición de toda la humanidad resulta un concepto difícil de comprender. Esa incertidumbre constante ha hecho que el fin del mundo sea un tema recurrente, especialmente en la era tecnológica actual.

El papel de la inteligencia artificial en las predicciones

En este contexto, la inteligencia artificial (IA) ha adquirido un papel fundamental. Gracias a su capacidad para analizar grandes volúmenes de información, se ha convertido en una herramienta capaz de anticipar fenómenos naturales, crisis económicas o incluso tendencias científicas. Sin embargo, prever el destino final del planeta continúa siendo un reto enorme.

A pesar de ello, algunos modelos basados en IA intentan ofrecer una visión sobre los riesgos que podrían amenazar la existencia de la Tierra y de la vida humana en los próximos siglos o milenios.

Amenazas cósmicas y el futuro del sistema solar

Los sistemas predictivos impulsados por IA pueden calcular con gran precisión las probabilidades de desastres naturales, pero aún no pueden determinar cuándo ocurriría un evento cósmico de gran magnitud. Una colisión con un asteroide o cometa podría causar una extinción masiva, aunque los científicos coinciden en que la probabilidad de que algo así suceda en el corto plazo es muy baja.

Actualmente, la IA se utiliza para monitorizar el espacio y calcular las trayectorias de objetos potencialmente peligrosos. Según los expertos, no existe riesgo inminente. Las probabilidades de que un impacto de gran escala ocurra en los próximos mil años son mínimas, aunque no pueden descartarse por completo.

A largo plazo, los modelos astronómicos coinciden en que dentro de unos 5.000 millones de años, el Sol agotará su combustible y se convertirá en una gigante roja, destruyendo en el proceso los planetas interiores, incluida la Tierra.

Riesgos provocados por el ser humano

La inteligencia artificial no solo analiza amenazas del espacio exterior, sino también las que podrían surgir de la propia humanidad. Entre los escenarios más preocupantes se encuentran las guerras nucleares, las pandemias globales y la explotación excesiva de los recursos naturales.

De acuerdo con algunos análisis basados en patrones históricos, la humanidad podría enfrentarse a riesgos existenciales dentro de los próximos 100 a 200 años. Aun así, la IA también contempla escenarios más esperanzadores, en los que los avances tecnológicos y científicos permitirían evitar la autodestrucción si se toman las decisiones adecuadas a nivel global.

El cambio climático, una amenaza real y presente

Entre los factores que más preocupan a los investigadores y sistemas de inteligencia artificial se encuentra el cambio climático. El aumento de las temperaturas globales, el deshielo de los polos y la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos evidencian que la Tierra atraviesa una transformación acelerada.

Si estas tendencias no se frenan, sus consecuencias podrían tener un impacto devastador sobre la vida en el planeta mucho antes de que ocurra cualquier evento cósmico o tecnológico.