Better Call Soul
Las referencias en 'Better Call Saul' que demuestran que Vince Gilligan es un frikazo del séptimo arte
Ya lo demostró en Breaking Bad y con su spin-off no hizo sino explotar aún más esa faceta
Para muchos, entre los que se incluye un servidor, mejor que la serie de la que salió. Y es que Better Call Saul, centrada en el excéntrico pero efectivo abogado James Morgan "Jimmy" McGill, más conocido por Saul Goodman, es una de esas a las que hay que darle una oportunidad sí o sí.
No es solo porque su trama tenga un poco de todo, desde el humor mejor pensado hasta el drama más humano y crudo, sino que también en ella veremos y reconoceremos decenas de guiños tanto a Breaking Bad como a un sinfín de, sobre todo, películas, demostrando así el cariño que Vince Gillian y su equipo tienen al mundo del celuloide.
'Better Call Saul' de cine
Así, entre los episodios de Better Call Saul, serie que podemos ver en Netflix, pueden encontrarse homenajes que cowboy cinematic ha recopilado en Instagram y que dejan muy claro el nivel de frikismo cinéfilo que maneja el creador de la serie.
Por ejemplo el de All That Jazz, conocida aquí como Empieza el espectáculo, el musical dirigido por Bob Fosse en 1979, con su protagonista repitiendo cada mañana frente al espejo su famosa frase para arrancar bien el día. Jimmy reproduce ese gesto tal cual, una referencia directa a una de las escenas más recordadas de la película.
Otro guiño destacado es el del "Aquí está Johnny" de El resplandor, el clásico de Stanley Kubrick estrenado en 1980. La serie recupera esa línea inmortalizada por Jack Nicholson, uno de los momentos más reconocibles del cine de terror.
También aparece un homenaje a Uno de los nuestros, la película de Martin Scorsese de 1990. Allí vemos a un personaje perdiendo los nervios y desahogándose contra una cabina telefónica. Sin olvidar el de Network, un mundo implacable, la cinta de Sidney Lumet de 1976, recordada por el monólogo de Arthur Jensen interpretado por Ned Beatty.
En otro momento, la serie hace un guiño a Lawrence de Arabia, la superproducción épica de David Lean de 1962. En la película, la famosa secuencia de la daga es uno de los símbolos del personaje de T. E. Lawrence. Aquí se sustituye ese elemento por un teléfono móvil, pero se mantiene la referencia a esa imagen tan asociada al film, incluido el uso de un turbante.
Tampoco faltan un fragmento que remite a La ley del silencio, el drama de Elia Kazan de 1954 protagonizado por Marlon Brando, y el mejor de todos ellos por lo sutil y el aprovechamiento de todos y cada uno de los elementos a su alcance, que es el de El crepúsculo de los dioses, el clásico de Billy Wilder de 1950 en cuya recta final se ve el descenso por la escalera de Norma Desmond. La serie incluso aprovecha el apellido McGill de nuestro protagonista, similar al de Joe Gillis (William Holden) para trazar ese paralelismo.