
Inteligencia artificial
Robin Li, fundador del 'Google chino', apuesta todo por la IA: "es vital para la emergencia de nuevas fuerzas productivas"
Afirma que la IA no es solo una herramienta poderosa, sino la base de una nueva manera de producir, innovar y competir, en otras palabras, el futuro económico depende más de la IA que de las fabricas o exportaciones

Hace rato que la IA pasó de ser un tema de laboratorio, pero ahora, más que nunca, se ha convertido en la palanca que reordena economías, estrategias corporativas y prioridades políticas en todo el mundo, lo que supone un cambio que claramente traspasa lo teórico para afectar directamente grandes actores económicos como gobiernos, bancos, plataformas y fabricantes de chips, quienes ya diseñan políticas, productos y negocios alrededor de la idea de que la IA será el motor de la próximo etapa de crecimiento económico.
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De hecho, en el marco de todos estos cambios ha emergido la carrera por la IA, que confronta a las grandes potencias en función de lograr el mayor aprovechamiento posible de lo que la herramienta pueda brindarles. La relevancia de esto radica, básicamente, en que no se trata únicamente de una competencia tecnológica, es también económica y geopolítica. En países como China, por ejemplo, la incursión de la IA en múltiples sectores económicos les ha llevado a implementar controles sobre los servicios de entregas, entre otros.
Y justo en medio de esta fase decisiva en el proceso de transformación tecnológica del gigante asiático, Robin Li, fundador de Baidu (conocido popularmente como el "Google chino"), ha insistido en que la IA no es una simple herramienta para innovar, sino que se trata de las "nuevas fuerzas productivas" que el país quiere impulsar. Su visión, por supuesto, es totalmente coherente con la estrategia nacional "IA Plus", que busca integrar esta tecnología en todos los sectores económicos.
Desde luego, se trata de una iniciativa ambiciosa, pero posible, puesto que Li insiste en que la IA es capaz de modernizar sectores tradicionales, abaratar procesos, contribuir en la toma de decisiones y abrir nuevas vías de crecimiento. Es decir, no se trata solamente de crear nuevas industrias, sino de transformar por completo las que ya existen.
De hecho, según datos publicados por el South China Morning Post, los ingresos de Baidu vinculados con la IA crecieron un 50% interanual durante el último trimestre medido, lo que se presenta como una señal de que sus inversiones han empezado a consolidarse.
La integración total abre las puertas hacia el nuevo modelo económico
La estrategia promovida por el Consejo de Estado chino no es cualquier programa tecnológico, se trata de un intento de rediseñar la economía para que la IA sea un componente tan cotidiano como la luz o el internet, lo que implica que empresas de todo tipo la incorporen en sus procesos. Frente a esto, Li insiste en que efectivamente el cambio no se puede quedar en grandes corporaciones tecnológicas, por lo que llama a miles de empresas a trabajar en el desarrollo de competencias nativas de IA.
Está claro que el llamamiento de Li apunta a que esta tecnología se convierta en parte central del funcionamiento de cualquier empresa, pues considera que será un motor clave para modernizar sectores enteros y sostener el crecimiento económico del país en la próxima década. Igualmente, la estrategia busca cortar la dependencia con modelos externos y, en su lugar, fortalezca su infraestructura.
Baidu, por su parte, planea ampliar su inversión en capacidad computacional y en modelos de gran escala, pues parten de la idea de que el liderazgo tecnológico también depende de lo que ocurre detrás de lo productos a los que accede el público. Adicionalmente, empresas como Alibaba y Tencent, igual que otras emergentes, están multiplicando sus proyectos de IA generativa y desarrollando sus propios modelos. La competencia es evidentemente feroz.
En suma, el discurso de Li es claro: la IA no es un invento o tendencia cualquiera, es una infraestructura económica, de manera que si China quiere liderar la próxima fase de la economía digital, necesita que la IA impulse su productividad, aumente su competitividad global y genere nuevas formas de valor. En el caso de Baidu, nos queda claro que ese camino ya empezó.
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