Biotecnología
Por primera vez logran cultivar vegetales en muestras de suelo lunar
Se trata de un pequeño paso para el ser humano, pero un gran salto para la exploración espacial
Cuando pensamos en volver a pisar el suelo de la Luna, nuestra primera impresión es la de una superficie yerma. Su composición (oxígeno, silicio, hierro, calcio, aluminio, magnesio y otros elementos), unido a la falta de atmósfera y las temperaturas extremas (oscila entre los 120º C y los -150º) la sitúa en las antípodas de un sitio apto para la vida. Y sin embargo un equipo de científicos ha conseguido, por primera vez cultivar vegetales en muestra del suelo lunar.
Los científicos, liderados por Anna-Lisa Paul y Rob Ferl, de la Universidad de Florida, se hicieron varias preguntas antes de comenzar el experimento: ¿qué sucedería si cultivamos plantas en suelo lunar, algo que está totalmente fuera de su experiencia evolutiva? ¿Qué harían las plantas en un invernadero lunar? ¿Podríamos tener granjeros lunares?
Las respuestas, un estudio publicado en Communications Biology, demuestran que las plantas pueden brotar y crecer con éxito en suelo lunar. La investigación del equipo liderado por Paul y Ferl es un primer paso hacia el cultivo de plantas que se conviertan en alimento y sean capaces de generar oxígeno en la Luna.
La parte más compleja del experimento es que los científicos solo tenían 12 gramos, apenas unas pocas cucharaditas, de suelo lunar para hacer este experimento. Estas muestras se recolectaron durante las misiones Apolo 11, 12 y 17 a la Luna.
La pequeña cantidad de suelo, sin mencionar su incalculable importancia histórica y científica, obligó a los científicos a diseñar un experimento a pequeña escala. Para hacer crecer este “pequeño jardín lunar”, se usaron “macetas” del tamaño de un dedal. En ellos se colocaban muestras del suelo lunar, una solución nutritiva y semillas de Arabidopsis thaliana, la primera planta cuyo genoma se secuenció por completo.
Los resultados mostraron diferencias entre las plantas cultivadas en suelo lunar y el grupo de control. Por ejemplo, algunas de las plantas que crecían en los suelos lunares eran más pequeñas, crecían más lentamente o tenían un tamaño más variado que sus contrapartes.
Todos estos eran signos físicos de que las plantas estaban reaccionando a la composición química y estructural del suelo lunar: aquellas con más signos de estrés eran las que crecían en suelo lunar maduro, los que están más expuestos al viento cósmico, que altera su composición. Por otro lado, a las plantas cultivadas en suelos comparativamente menos maduros les fue mejor. Pero lo más interesante del estudio es que las plantas podrían provocar también cambios en el suelo lunar, modificando los porcentajes de minerales y nutrientes entre otros.
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