Espacio

La NASA y Rusia regresan a la Luna: ¿volverá el conflicto?

Además, 2022 se nos presenta lleno de hitos: la ESA y Roscosmos enviarán un nuevo Rover para detectar vida en Marte y estudiaremos el núcleo metálico de un protoplaneta desnudo

La Nasa y Rusia regresan a la Luna
La Nasa y Rusia regresan a la Lunalarazon

Es muy pronto para saber cómo se presentará 2022. Todos esperamos que sea mejor que 2021, pero, a estas alturas, quién sabe. Lo que sí podemos determinar con bastante certeza es que, para los aficionados a la astronomía será un gran año. Por un lado, podemos quitarnos de delante cuanto antes lo evidente. Los proyectos privados de exploración espacial, como Space X, Virgin Galactic o Blue Origin que tanto han copado la prensa durante 2021 seguirán conquistando los titulares durante 2022, resolviendo problemas a golpe de talonario. Y aunque es muy posible que continúen cosechando éxitos durante algún tiempo, no estarán solos.

El año pasado presenciamos varios eventos históricos, la mayoría relacionados con Marte. El rover Perseverance fue, posiblemente, el más famoso, que llegó al planeta rojo a finales de febrero con el propósito de estudiar un presunto cauce seco y hallar indicios de antigua vida. Ingenuity, un pequeño dron que viajaba en el vientre de Perseverance, se desprendió de él y completó con éxito el primer vuelo activo en otro planeta. Sin embargo y aunque ya ha dado resultados, se espera que sus ofrezca datos más robustos durante 2022, ya que va acumulando información con el paso de los meses.

Por otro lado, a finales de noviembre lanzamos la misión DART, una nave que intentará desviar la trayectoria del asteroide Didymos colisionando con el pequeño satélite que orbita en torno a él, Dimorphos. Una colisión que tendrá lugar durante este año. Y por poner otro ejemplo, a finales del pasado diciembre lanzamos el telescopio espacial más caro y potente de la historia, el James Webb. Desde entonces se ha estado desplegando y viajando hacia su destino, un punto a 1 millón y medio de kilómetros en dirección contraria al Sol. Sin embargo, incluso cuando llegue, tardará 5 meses más en calibrar sus sistemas y, por lo tanto, será durante 2022 cuando empiece a enviarnos las mejores imágenes del universo lejano que habremos visto nunca. Ahora bien, esto son solo las rentas del pasado, porque entre toda la vorágine que nos espera, se encuentran cuatro misiones completamente nuevas, dos relacionadas con la Luna, una con Marte y otra con el núcleo metálico de un planeta desnudo.

Artemis 1: La NASA vuelve a la Luna

En contra de lo que los negacionistas puedan pensar, la NASA pisó la Luna en 1969, tenían la tecnología, corrieron riesgos y dejaron objetos allí para probar su llegada. Algunos sospechan porque les parece extraño que desde entonces no hayamos vuelto a la Luna y se equivocan doblemente, porque sí hemos vuelto. Cuatro meses después de la llegada del Apolo 11, el Apolo 12 se posó sobre nuestro satélite. El Apolo 14, el 15, el 16 y el 17 hicieron lo propio y, aunque desde entonces no hemos mandado más personas, sí hemos explorado su superficie con robots.

Eso es lo que plantea la misión Artemis 1 de la NASA, que despegará entre febrero y marzo del presente año. La idea consiste en lanzar a la pesada nave Orión a borde del proyecto lanzadera Space Launch System. Orión orbitará a la Luna durante unos seis días y volverá a la Tierra. Si la misión triunfa, la NASA pasará a poner en práctica la misión Artemis 2, con el propósito de volver a enviar personas a nuestro satélite hacia finales de 2023, como ya hicieron las misiones Apolo. Finalmente, se espera que, en 2024, la misión Artemis 3 envíe a los primeros tripulantes a la Plataforma Orbital Lunar Gateway, una estación espacial lunar que se espera lanzar a finales de 2024. Aunque volviendo a 2022, hacia diciembre podremos ver el lanzamiento de la PRIME-1, un aterrizador que minará agua del polo sur Lunar con el propósito de prospectar el abastecimiento a las futuras misiones Artemis.

Luna 25: Roscosmos también regresará a la Luna

El siguiente hito de 2022 vendrá, posiblemente, de la mano de los rusos, con su agencia espacial Roscosmos y, extrañamente, también implicará a la Luna. La misión será lanzada el 25 de julio, aproximadamente, y en cierto modo trae recuerdos de la ya histórica carrera espacial. Por aquel entonces, las dos potencias se disputaban el espacio y la Luna, pero no por capricho, sino para mostrar su superioridad tecnológica o, dicho de otro modo más evidente: su capacidad para lanzar una bomba nuclear allí donde quisieran ponerla.

De hecho, el nombre de la misión (Luna 25) nos habla de aquellas que terminaron en 1976 con la Luna 24. Sin embargo, para entender esta coincidencia en detalle, hemos de comprender que NASA y Roscosmos no pretenden lo mismo, ni remotamente. Lo que hará Luna 25 será depositar un aterrizador sobre la superficie lunar. Hablamos de un dispositivo incapaz de moverse y cuya finalidad, en este caso, es explorar la composición del regolito lunar que cubre el satélite, concretamente el que hay en el cráter Boguslavsky, en el polo sur. Si queremos dar un titular más comprensible, será (en parte) una búsqueda de agua en la Luna. Todo esto tiene como verdadero propósito poner a prueba nueva tecnología. Sea como fuere, se espera que Rusia lance nuevas misiones lunares durante los próximos años: la Luna 26 y la Luna 27.

Psyche: La NASA explorará el núcleo metálico de un planeta

Alejándonos ya del tema lunar, en agosto de 2022 podremos disfrutar de una aventura más propia de la ciencia ficción. La NASA planea lanzar la misión Psyche para que explore el gran asteroide metálico 16 Psyche. Para ello deberá viajar hasta el cinturón de asteroides, que se encuentra rodeando al Sol entre la órbita de Marte y la de Júpiter. La nave no llegará a aterrizar, pero orbitará a Psyche y tomará datos acerca de su estructura y composición.

La clave de todo esto se encuentra en que, más allá de estudiar un “simple asteroide”, la NASA se propone arrojar luz sobre la formación de planetas. El motivo es que, si algunas hipótesis están en lo cierto, Psyche podría deber su gran tamaño y composición metálica a que en el pasado hubiera sido el núcleo de un planeta en formación con, aproximadamente, el tamaño de Marte. Por algún motivo todavía no precisado, las capas exteriores y más densas de aquel embrión planetario se habrían desprendido, dejando expuesto su corazón.

ExoMars 2022: La ESA y Roscosmos buscarán vida en Marte

Finalmente, llegamos a la última de los grandes hitos astronómicos de 2022, una misión del programa ExoMars. Se trata de un proyecto colaborativo entre la ESA (Agencia Espacial Europea) y Roscosmos. La idea consiste en que el módulo de aterrizaje ruso Kazachok deposite sobre Marte el rover europeo Rosalind Franklin, todo ello para poder explorar la superficie en busca de indicios de vida pasada en nuestro planeta hermano.

Y, aunque nos lo hayamos saltado por cuestión de espacio, esta no es la única misión que lanzará la ESA en 2022. En mayo se espera que despegue la sonda JUICE, que llegará a Júpiter en 2029 y quepasará 3 años explorando al planeta y sus satélites. Y hablando de Júpiter, se espera que en septiembre de 2022 la nave Juno, que lleva explorando Júpiter desde 2016, sobrevuele su luna helada, Europa, a tan solo 355 Km de la superficie, ofreciéndonos imágenes de primerísima calidad.

Como podemos ver, el año estará cargado de eventos, e insisto, todo esto es sin contar siquiera las misiones de las empresas privadas, que, si bien son interesantes y cruciales para el estado de la exploración espacial, no llegan a la espectacularidad de las misiones que planean las grandes agencias de exploración espacial.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • No hay motivos para esperar que este resurgido interés por la Luna que han mostrado tanto EE.UU. como Rusia vaya a suponer algún problema político. Las tensiones entre los dos países son independientes a sus programas espaciales y, son otros puntos, como la legislación o la futura minería de algunos objetos espaciales lo que (en todo caso) tiene preocupados a los expertos. No obstante, hay que comprender que estos proyectos no son fortuitos, sino que se ven influenciados por la totalidad de esferas que componen nuestra sociedad, entre ella políticas e históricas. Si uno de los dos colosos vuelve a proyectar misiones a la Luna, cabe esperar que el otro, al menos, se plantee la posibilidad de seguir sus pasos.

REFERENCIAS (MLA):