Espacio

Así es la peligrosa nave soviética a la deriva que caerá en la Tierra el sábado día 10

A la deriva en la órbita terrestre durante medio siglo y diseñada para soportar la atmósfera extrema de Venus, podría sobrevivir a su reentrada descontrolada

Así es la peligrosa nave soviética a la deriva que caerá en la Tierra el sábado día 10.
Así es la peligrosa nave soviética a la deriva que caerá en la Tierra el sábado día 10.David Ducross.ESA.

Según las últimas estimaciones, el módulo de aterrizaje de la misión Kosmos 482 reentrará en la atmósfera de forma descontrolada el próximo sábado día 10 en torno a las 10:37 horas, hora peninsular. Es la opción más probable, aunque se calcula un día como posible margen de error, por lo que no se descarta que suceda el 9 o el 11. La reentrada en la atmósfera de objetos en órbita no es inusual y suele ir acompañada de su desintegración, pero el caso de Kosmos 482 es diferente.

La cápsula, de 495 kg de peso y con un diámetro de un metro, fue diseñada para aterrizar en Venus y sobrevivir el mayor tiempo posible en unas condiciones extremas, por lo que se teme que pueda superar la reentrada en la atmósfera terrestre. De ser así, tal y como ha señalado Jonathan McDowell, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, a The Guardian, ‘tendremos un objeto metálico de media tonelada cayendo desde el cielo’.

Marco Langbroek, experto en seguimiento de satélites de los Países Bajos que ha estudiado los restos de Kosmos 482 durante años, ha explicado en su blog, en el que publica las actualizaciones sobre la trayectoria de Kosmos 482, que ‘hay una posibilidad real de que sobreviva la reentrada intacta’.

Por qué ha vagado durante más de medio siglo en la órbita terrestre

Una replica de la sonda Venera 8, similar a la de Kosmos 482.
Una replica de la sonda Venera 8, similar a la de Kosmos 482.NASA.

Kosmos 482 fue lanzada el 31 de marzo de 1972, como parte de la serie de misiones Venera de la Unión Soviética que buscaban aterrizar en Venus antes que Estados Unidos. La URSS lo logró en 1970 con Venera 7, que transmitió datos durante unos 50 minutos antes de sucumbir a la atmósfera de Venus. Con la información obtenida, se rediseñaron las dos sondas que debían repetir la hazaña y fueron lanzadas con solo 4 días de diferencia en 1972.

Venera 7 era capaz de resistir temperaturas de 540 °C y 177 atmósferas de presión, pero la telemetría enviada permitió constatar que las condiciones extremas de Venus lo eran un poco menos de lo esperado. Venera 8 y su gemela –Kosmos 482– modificaron sus protecciones para soportar 500 °C y 103 atmósferas, además de 300 G de aceleración. Esto permitió algo más de espacio en el interior para los instrumentos científicos.

El primer lanzamiento, ahora llamado Kosmos 482 –Kosmos es el apelativo que la URSS daba a sus misiones en la órbita terrestre–, no logró poner a la cápsula en su trayectoria hacia Venus por un fallo en un temporizador que hizo que se separara prematuramente de la etapa superior Blok L del cohete Molniya y sus motores no lograran el impulso necesario. Ha estado orbitando la Tierra desde entonces. El siguiente lanzamiento pocos días después, Venera 8, sí logró aterrizar en Venus.

Por qué podría sobrevivir al reingreso en la atmósfera de la Tierra

Venus es un verdadero infierno planetario. En su superficie hay temperaturas de más de 460 °C –suficiente para derretir plomo– y una presión 90 veces superior a la terrestre. Además, su atmósfera está compuesta principalmente de dióxido de carbono, con nubes de ácido sulfúrico. Para enfrentarse a ese ambiente, los ingenieros soviéticos crearon cápsulas extremadamente resistentes.

El módulo de descenso Kosmos 482/Venera 8 tenía forma esférica y estaba hecho de una carcasa de 5 cm de espesor de titanio, un metal resistente al calor, la corrosión y las deformaciones bajo presión. Esa ‘coraza’ estaba protegida por varias capas de aislamiento térmico, incluido un escudo que se quemaba controladamente al entrar en la atmósfera, disipando así el calor extremo.

En su interior, la cápsula se refrigeraba de forma pasiva: se enfriaba antes del descenso, a unos -10 °C, y contenía materiales especiales que absorbían calor sin calentarse demasiado rápido. Estos eran bloques de una sal especial (trihidrato de nitrato de litio) que se derretía lentamente al calentarse, absorbiendo grandes cantidades de energía sin aumentar la temperatura interna de inmediato, como el hielo bajo el calor.

Todo esto permitía que los instrumentos científicos siguieran funcionando al menos durante 50 minutos una vez en la superficie. Sucesivas mejoras hicieron que Venera 14, la última misión soviética en aterrizar en Venus en 1981, pudiera comunicarse durante 2 horas y 20 minutos desde la superficie de Venus.

Dónde podría impactar Kosmos 482

Según Langbroek, es demasiado pronto para precisarlo. Con los datos actuales, podría ser tan al norte como se encuentran las ciudades de Londres y Edmonton (Canadá) o tan al sur como el Cabo de Hornos en Chile. Será cuando comience la reentrada que los astrónomos podrán avanzar un área más concreta.

El precedente de los componentes de Kosmos 482 que ya cayeron en la Tierra intactos

Tras el lanzamiento, en abril de 1972, cuatro esferas de titanio de unos 38 cm y de 13,6 kg de peso cada una, probablemente correspondientes a partes auxiliares de Kosmos 482, reentraron en la atmósfera y cayeron en Nueva Zelanda, aún al rojo vivo. Pese a ello, no se quemaron en la reentrada y pudieron ser recuperadas intactas. Lo que suceda con el módulo de aterrizaje de Kosmos 482, lo sabremos este sábado.