¿Deberían pagar impuestos los sistemas de IA?

El uso de inteligencias artificiales cada vez se encuentra en más campos, desde el arte a la medicina y hasta los retretes. En una reciente mesa redonda realizada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Washburn, se ha debatido sobre los derechos y los deberes de la Inteligencia Artificial y entre las incógnitas se encontraba una de mucha actualidad: ¿debería pagar impuestos una IA? Si Alemania quiere hacerlo con robots, ¿cuál es la diferencia?

De acuerdo con Ryan Abbott, profesor de leyes de la Universidad de Surrey (Inglaterra), los sistemas de inteligencia artificial no deberían tener derechos, pero es posible que deban pagar impuestos: “si bien los sistemas de IA ahora hacen el tipo de cosas que la gente solía hacer, no tienen conciencia ni moral, y por lo tanto no merece derechos”.

Sin embargo, eso no quiere decir que los gobiernos no deban someter los sistemas de IA actuales a las leyes. Actualmente, por ejemplo, las leyes fiscales no tienen en cuenta este tipo de trabajos. El problema es que, a medida que el uso de IA se vuelva más frecuente en diferentes oficios (por ejemplo diseñando fármacos, desarrollando programas informáticos, llevando a cabo planificaciones urbanas, etc.) y desplacen a empleados en ciertos sectores, para muchos sería lógico gravar este tipo de tareas. La pregunta es si esto es válido solo si los trabajadores reemplazados no encuentran trabajo humanos. Y a partir de qué porcentaje de reemplazo debería comenzar a preocuparnos. Por ejemplo, si un sector reemplazó un 20% de su plantilla por IA, debería tener una carga impositiva. O a partir del 30%. Y también habría que evaluar el sector, no es lo mismo el desarrollo de nuevos software o la automatización de la mercadería en un depósito, que la hostelería.

Es un dilema muy fácil de plantear pero a medida que se profundiza en él resulta ser sumamente complejo. Un ejemplo de ello es si los impuestos que paga la IA deberían ir para las personas que ha reemplazado o si no deberían tener un destino tan específico. Otro aspecto, de acuerdo con Abbott es el de la propiedad intelectual. A medida que la IA se vuelve más inteligente y capaz de crear un beneficio tangible “los derechos de autor y las patentes podrían otorgarse a la IA o a sus creadores”.

Un tema que tampoco queda muy claro es si se debe responsabilizar a los creadores de IA si sus creaciones causan daño, según Bryan Choi, profesor de la Universidad Estatal de Ohio. ¿Quién es el responsable en estos casos? ¿El desarrollador, la empresa que lo utiliza? ¿Deberían ser leyes universales o nacionales?