Inteligencia artificial

El nuevo proyecto de Sam Altam, creador de ChatGPT, necesita billones de euros

Su objetivo es recaudar 7 billones para crear hardware vinculado a inteligencia artificial.

Sam Altman visitando las oficinas de OpenAI el pasado domingo tras su despido.
Sam Altman visitando las oficinas de OpenAI el pasado domingo tras su despido.X.

En los últimos dos años, ChatGPT se apropió de muchos de los titulares vinculados a inteligencia artificial y, en el último trimestre, gran parte de ellos se centraron en su director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman. Y este año parece que no será una excepción, ya que ahora busca recaudar 7 billones de euros para su nuevo proyecto.

De acuerdo con The Wall Street Journal, Altman está tratando de atraer a inversores, incluido el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, para crear una empresa de hardware de IA, más precisamente una fábrica de microchips.

Obviamente, se trata de una cifra altísima, más de lo que pensamos en el mercado tecnológico. El mercado de microchips en 2023 generó medio billón de euros en 2023. Y Altman pretende recaudar de sus inversores más de 10 veces esta cifra.

Su objetivo es crear una empresa capaz de desarrollar la nueva generación de microchips que no solo se enfrenten a la escasez global, sino que también respondan a las crecientes necesidades de la industria por microchips específicamente diseñados para IA. Y Altman sabe de esto: él mismo relata las dificultades que ha tenido OpenAI para conseguir suficiente hardware para entrenar sus enormes modelos de lenguaje de gran tamaño, que impulsan ChatGPT.

Entrenar una IA como la desarrollada por OpenAI no solo requiere enormes cantidades de energía, también precisa un uso increíblemente intensivo de hardware, lo que lleva a que empresas como OpenAI, Google y Meta se peleen entre sí para asegurarse chips específicos. Y los suministros se están agotando, mientras que los precios (y los ingresos de los fabricantes de chips de IA) se están disparando.

El mercado en el que quiere introducirse Altman es muy tentador: se trata del comienzo de una era, conoce los entresijos, sabe las necesidades y puede anticiparse al futuro, gracias a sus vínculos con OpenAI. El lado negativo, por así decirlo, es que se enfrentará a gigantes como Nvidia (que está monopolizando el mercado) y a Qualcomm, que tiene décadas de experiencia.

Altman se habría reunido con diferentes inversores, entre ellos el jeque Tahnoun bin Zayed al Nahyan de los Emiratos Árabes Unidos, un alto funcionario de seguridad y hermano del presidente de EAU, Jalifa bin Zayed Al Nahayan. Tahnoun tiene una fortuna por encima de los 300.000 millones de euros, mientras que la de su hermano es aún mayor.

Altman también se habría reunido con representantes de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), uno de los mayores fabricantes de microchips del planeta, y le habría advertido a Satya Nadella, director de Microsoft (el mayor inversor de OpenAI) su intención. Una de las mayores dificultades a las que se enfrenta es que busca que las fábricas se instalen en Estados Unidos (para evitar que países como China tengan demasiado poder en el mercado de la IA), pero la falta de obra de mano especializada podría ser un obstáculo. Sin duda esto recién empieza.