Tragedia

Veinte milisegundos, el tiempo que tardaron en morir los ocupantes del submarino Titan

La embarcación desapareció casi dos horas después de adentrarse en el océano tras ceder a la presión del mar

Suleman, de 19 años, y su padre Shahzada Dawood, 48, murieron en el accidente del submarino Titan
Suleman, de 19 años, y su padre Shahzada Dawood, 48, murieron en el accidente del submarino TitanLa Razón

Hace más de cien años del hundimiento del RMS Titanic, el trasatlántico británico que se trataba del barco de pasajeros más grande del mundo en la época. Fue entre la noche del 14 al 15 de abril de 1912 cuando el navío se hundió al chocar con un iceberg en su viaje inaugural. Sus restos han permanecido en el Atlántico Norte desde entonces, y el pasado domingo, el submarino Titan, con cinco tripulantes a bordo, desapareció y naufragó cerca de la misma zona. Dos embarcaciones que, con un nombre parecido, sirven de paralelismo y han finalizado con un trágico destino.

El Titan poseía una tecnología de alto nivel operada por OceanGate. Tenía una longitud de 6,7 metros, 9,52 toneladas de peso y estaba equipada con propulsores adosados para desplazamiento en todas las direcciones. Sumado a sus 2,5 metros de alto y otros 2,8 de ancho, daba la posibilidad a los pasajeros de explorar entre las profundidades del océano a través de una única ventana de visualización, gracias a su fabricación con titanio y fibra de carbono.

¿Cuánto tardaron en morir los ocupantes del submarino Titan?

Un vehículo pionero en la exploración submarina que podía sumergirse más de 4.000 metros, y una innovación naval similar a la que fue el Titanic a principios del siglo XX. El final, no obstante, fue más rápido, puesto que, según los expertos, las cinco personas que se encontraban en el interior del sumergible podrían haber muerto en menos de veinte milisegundos.

A bordo iba Hamish Harding, dueño de la empresa Action Aviation, el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo, Suleman, el consejero delegado de la compalía OceanGate Expeditions, Stockton Rush, y Paul-Henri Nargeolet, considerado uno de los principales expertos mundiales en el Titanic. Dos de ellos eran multimillonario y uno (Nargeolet), era un ex oficial de la Armada francesa.

El submarino sufrió una implosión catastrófica el mismo día en el que inició la inmersión para llegar a los restos del Titanic. Desapareció una hora y 45 minutos después de sumergirse en el agua. El arqueólogo marino Steve Nagiewicz explicó que esa explosión se debiera, probablemente a "un fallo en el casco de la embarcación", ya que la cedió a la alta presión de las profundidades del mar.

Así murieron los pasajeros del submarino Titan: en 20 milisegundos, como si llevaran casi media tonelada de explosivos

El escenario que planeta la Guardia Costera, es que en los primeros diez milisegundos se rompiera el casco y se produjera una igualación inmediata de la presión. Es decir, en cuestión de apenas unos milisegundos, el submarino pasó de tener una forma normal a desaparecer, derrumbarse o quedar destruido. Así, esta implosión habría matado a todos los pasajeros en menos de 20 milisegundos, o lo que es lo mismo, dos centésimas de segundo, tal y como explica Eric Fusil, profesor de la Universidad de Adelaide, a USA Today. De hecho, el cerebro humano ni siquiera puede procesar información a esta velocidad. "Así que es casi instantáneo y es absolutamente muy, muy ruidoso".

Infografía del submarino
Infografía del submarino AFP

En la superficie terrestre, a nivel del mar, existe una presión de 1 atmósfera, algo equivalente a aguantar 1.033 gramos sobre cada centímetro cuadrado del cuerpo. A medida que subes en altitud, la presión atmosférica se dice que es menor, pero ese efecto se incrementa a medida que te vas situando debajo del océano. Los restos del Titanic se encuentra a unos 3.800 metros de profundidad. Una hondura en la que la presión es de 380 atmósferas o 5.600 psi. "A esta profundidad, la presión liberada equivaldría a 292 kilogramos de explosivo C4", explica a Medium un experto de viajes JP Morgan.

"Al colapsar el sumergible, las bolsas de gas que se comprimen rápidamente en su interior se calientan con rapidez, alcanzando temperaturas que pueden superar varios miles de grados centígrados durante un breve instante". Es decir, esa profundidad es algo soportable únicamente para ciertos materiales de gran resistencia, pero inviable para cualquier ser humano. Pero si la estructura del sumergible no es lo suficientemente fuerte, el fuselaje puede ceder ante el gran peso que soporta, destrozando por completo la embarcación y, por ende, todo su interior.