¿Tienes nomofobia y no puedes separarte de tu móvil? Estos son los síntomas

En 2011, el Royal Mail Group (Oficina de Correos británica), llevó a cabo un estudio para evaluar el grado de ansiedad que pueden llegar a padecer los usuarios de smartphones sin ellos. Resultó que un porcentaje bastante alto, un 58% de los hombres y un 48% de las mujeres, la sentían cuando no podían disponer de sus móviles. En base a estos resultados, el estudio acuñó un nuevo término para describir este comportamiento, la nomofobia.

El término viene de la contracción entre “no mobile” y “phobia” y se refiere al miedo irracional que puede padecer una persona a no poder hacer uso de su smartphone durante un período de tiempo prolongado. Bien porque se lo ha dejado en casa, le queda poca batería o se encuentra en un lugar con poca cobertura o cualquier otra circunstancia que limite o impida su uso.

En estas situaciones, una persona con nomofobia puede sentir inquietud, desasosiego, ansiedad, estrés e incluso malestar físico. La nomofobia no está considerada una patología, pero es evidente que es un trastorno del comportamiento consecuencia de la adicción al móvil.

La vida moderna hace que dependamos enormemente de estos dispositivos. Según el Instituto Nacional de Estadística, el 96% de los hogares en España cuentan con teléfonos móviles y 77% de las personas que acceden a Internet lo hacen a través de estos dispositivos. En este contexto, es lógico plantearse si uno está afectado por este problema.

Una persona dependiente de su móvil hasta el extremo de la nomofobia muestra comportamientos que se pueden identificar:

• Mira constantemente su móvil para comprobar si hay nuevos mensajes, notificaciones de apps y redes sociales, etc.
• Sigue usando el teléfono cuando está dedicado a otras actividades en su tiempo de ocio. Por ejemplo, estando con amistades o haciendo deporte.
• Si sale de casa y se ha olvidado el teléfono, vuelve a por él.
• Evita ir a lugares donde no hay cobertura.
• Siempre está pendiente de localizar un enchufe que le permita recargar la batería.
• Pierde horas de sueño por seguir utilizando el smartphone.
• Nunca apaga el móvil.
• Se aísla socialmente, dado que prefiere interactuar con otras personas a través del móvil en lugar de cara a cara.

Cómo prevenir la nomofobia

Según el Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes, IEIE, los usuarios pueden practicar varios hábitos que disminuyan la posibilidad de ser nomofóbico y que requieren de cierto grado del autocontrol que los smartphones y sus apps se empeñan en torpedear.

Estos son ponerse un horario digital y cumplirlo, practicar la atención plena sobre lo que se esté haciendo dejando de lado el móvil, crear zonas libres de teléfonos en el hogar, pensárselo dos veces antes de desbloquear el móvil y valorar si es imprescindible, y plantearse objetivos realistas con recompensas si se quiere reducir el tiempo que se le dedica.