Entrevista

Lluís Mengual: «Nunca he esperado un proyecto sobre la mesa que me salve la vida»

Volvió a concursar y acabó ganando la quinta edición de «Maestros de la costura»

Lluís posa con su trofeo
Lluís posa con su trofeoTVERTVE

Esta semana será recordada para siempre por Lluís Mengual. El joven diseñador catalán de 27 años se proclamó campeón de la quinta edición de «Maestros de la costura», de TVE producida por Shine Iberia, al imponerse a su compañero Borja en una final muy reñida en la que los jueces, Palomo Spain, Lorenzo Caprile y María Escoté, tuvieron que escoger entre los plisados de fiesta o el conjunto con plumas, que al final desfiló de la mano de Marina Pérez. LA RAZÓN habló con el ganador sobre sus planes de futuro y su segundo paso por el programa.

¿Es la representación del dicho «el que la sigue la consigue»?

Ciertamente no lo sé, pero quizá sí. Solo sé que cuando quiero algo, soy persistente. No sé si el dicho se puede aplicar a esto o ha sido más la suerte de la vida o el karma. Pero muchas veces es también estar en el momento y lugar adecuado y hacer lo correcto.

Pero, ¿es una cuestión de cabezonería o de tesón?

No es decir «porque sí». No era por capricho, si no más que nada por profesionalidad: demostrar lo mejor, hacérselo ver a la gente, demostrárselo a los que han confiado en ti y te han dado las oportunidades. Ha sido más por eso que por cabezonería; al fin y al cabo mi vida ya la tenía consolidada.

¿Puede confesar en qué se va a gastar los 50.000 del premio?

Por supuestísimo que en mi negocio. Es una inversión de futuro. Llevo muchos años luchando por mi negocio y estaba claro que las cosas en la vida se tienen que respetar; ya vine pensando en eso. Además, lo he ganado demostrando profesionalidad, y está claro que haber conseguido algo así es para que se quede dentro de ese círculo; se lo merece. Este premio es para consolidar la firma más que nunca, crecer y hacerme un hueco en el mundo de la moda, y que sea el principio de muchísimo más.

Habiendo sido segundo y ganador, ¿puede comprender cómo se siente hoy Borja Hernández?

Me imagino que sí, que puedo entenderlo porque lo pasé, pero creo que esta vez tanto Borja como yo lo pillamos de manera distinta porque era una segunda oportunidad. Ya lo habíamos vivido, habíamos llegado a un sitio, y, al fin y al cabo, tenemos una amistad. No somos competidores para tener que pisarnos: pasase lo que pasase uno se iba a alegrar por el otro. Lo teníamos clarísimo, No íbamos a permitir que el dinero o un concurso truncase una amistad. Más o menos puedo entender cómo se siente, pero la verdad es que según terminamos y lo celebramos, nos fuimos las familias, y él y yo, por ahí de copas. Lo pasamos muy bien. Vamos, que a las cinco de la mañana no salían los aviones y los trenes y aún no nos habíamos acostado.

¿Tiene miedo a lo que se va a encontrar con la exposición mediática?

No, para nada. Seguramente me viene lo más bonito. Vida hay una y es muy larga. Tengo 27 años y pensaba morirme a los 100, así como mínimo. Como comprenderás si tengo que durar tantos años siendo tan joven, no me voy a fijar en lo malo de la vida, si no que voy a absorber lo bueno. Es como si te ponen dos platos de comida y uno no te gusta; pues coges lo que te gusta, te lo terminas y lo disfrutas. Pues eso hago con la vida.

¿Que le han dado los jueces?

En una palabra, muchísima esperanza para el futuro donde los tomo de referentes.

Trabajando en moda, ¿le gustan las etiquetas?

No. No me ha gustado nunca el mundo de las etiquetas. Creo en consolidar un estilo propio, en crear una línea, un concepto de algo que hable de ti, pero no me ha gustado nunca etiquetar ni a las personas, ni a los momentos, ni a los productos.

¿Sigue con la idea de abrir una tienda física?

Por supuesto, siempre ha sido una meta tener mi atelier; tener un local o donde pueda tener montada mi empresa. Sigue siendo el destino de todos mi sueños: todo lo que hago va encaminado a conseguir eso.

¿Disfrutó viendo desfilar su vestido en la final?

Después de crear algo así, de lo que más ganas tienes es de verlo en movimiento. Una prenda no está hecha para estar quieta, esta para lucirse, tiene que ser bonito de las dos maneras. Siempre que hago algo pienso que ha de marcar una sensualidad, debe transformar a esa persona que se lo ponga, ha de hablar por esa persona y hacer que se venga arriba; darle ese punto de seguridad.

¿Qué proyecto le gustaría encontrarse en su mesa?

No lo he pensado nunca. Lucho por conseguir cosas; nunca he esperado encontrarme un proyecto encima de la mesa que me solucione la vida. Llevo muchos años y todo lo que he conseguido ha sido a base de luchar. Supongo que el día que me encuentra ese proyecto me lo leeré y decidiré si es el que quería encontrarme o no. Como no me lo espero, no sé cuál quiero encontrarme, pero estoy abierto a todos.