«Moloch»: Cuando pedir fuego no sale siempre gratis

Dark ha ido más lejos que nunca. Haciendo honor a su nombre, el canal temático estrenaba anoche una de sus ficciones más oscuras, la producida por AMC «Moloch». Desde el primer caso de este thriller, la trama no parece tener ningún encaje convencional. Varios personajes arden en llamas de forma espontánea, sin porqué aparente. Los forenses están tan perdidos como cualquier mero espectador.

Como muchos otros thrillers, la protagonista vuelve a ser una audaz periodista de investigación, pero en este caso ni bebe ni tiene una cuestionable reputación. El personaje interpretado por Marine Vacth es la becaria en una experimentada redacción, donde su propia jefa hace todo lo posible para que no le pueda hacer sombra. Sin embargo, en el periódico sí encontrará compañeros que la asesoren y la ayuden a hacerse un nombre.

La salud mental es otro de los argumentos centrales de esta serie premiada como «Mejor guion del festival Canneseries». El actor Olivier Gourmet da vida a un brillante siquiatra cuyo secreto profesional le obliga a tener que esconder los mayores tormentos imaginables. Su personaje representa el verdadero peso con el que pueden llegar a cargar a largo plazo los sicoterapeutas, después de ser durante años los oídos de traumas y fantasmas de todo tipo. Pero a pesar de su contrastada experiencia, este siquiatra se va a encontrar con un paciente nada convencional, cuya falta de descanso y su tendencia a autolesionarse son solo el principio de sus problemas.

Esta ficción francobelga, cuyos 6 capítulos ya están disponibles al completo en los principales operadores de televisión, aborda desde los estigmas profesionales que arrastra la sicoterapia hasta los mitos sobre la edad y la experiencia que tendrá que ir venciendo la intrépida periodista. Ella personifica la verdadera vocación periodística, dispuesta a todo para conocer la historia o el testimonio más interesante. Si para ello hay que dejar la ética a un lado sin duda lo hará. Como hija única, la falsedad del matrimonio de sus padres le afecta cada vez más y arrastra carencias afectivas difíciles de cubrir. Es de las que pide fuego en el lugar donde ha muerto una persona abrasada por las llamas.

Por su parte, el personaje de Olivier, que vive de consolar las preocupaciones ajenas, no es capaz de hacer lo propio con su mujer, quien atraviesa un trauma que la consume cada vez más. En casa de herrero… Por si fuera poco, ni siquiera se aplica los consejos que da a sus pacientes, huyendo de los problemas en lugar de afrontarlos. Evita hablar con su mujer del trauma que a ambos les atormenta, haciendo como si nada hubiera pasado.

Ambos personajes, siquiatra y periodista comenzarán a compartir sesiones y el sicoanálisis servirá como recurso narrativo para desglosar los rasgos del personaje. En cuanto al aspecto visual, esta localidad costera dibuja un paisaje gris y lluvioso que dispara la nostalgia y la intimidad. El ecosistema perfecto para desarrollar un misterio. La mitología y las leyendas ancestrales también tendrán cabida en esta serie, bautizada con el nombre de un antiguo dios del sacrificio. Por momentos tan tétrica que llega a incomodar, buena opción para los amantes del terror sicológico.