Estreno

La deliciosa visión futurista de África hecha por ellos mismos

La apuesta de Disney+ por «Kizazi Moto: Generación Fuego» resulta novedosa y refrescante por su autenticidad

"Kizazi moto: Generación Fuego"
La deliciosa visión futurista de África hecha por ellos mismosDisney+

Hace mucho tiempo que el mundo de las producciones audiovisuales en general le debía a África un espacio propio para su expresión, uno en el que fueran ellos mismos los que se proyectaran en las pantallas desde su propia perspectiva y no el que estamos acostumbrados a ver, desde una mirada norteamericana, europea e incluso hasta australianas. Producciones muy cuidadas, eso sí, pero siempre bajo un prisma foráneo. Y es ahí donde Disney ha acertado de pleno con “Kizazi Moto: Generación Fuego”, pues se ha ido a África, concretamente a Kenia, Sudáfrica, Uganda, Zimbabue, Nigeria, Egipto para que sean ellos, desde su diversidad cultural y narrativa propia, los que proyecten la visión futurista de sí mismos en cortos animados que apenas superan los diez minutos, pero con historias sencillas y eficaces, repletas de acción, fantasía, mitología, tecnología y, sobre todo, talento.

“Kizazi Moto”, que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy y se estrenó el pasado 5 de julio en Disney+, ha necesitado muy poco tiempo para impactar con la fuerza que leda el ser una apuesta original, auténtica y sin precedentes que se abre a una amplia gama de estilos de animación, desde la tradicional hasta la generada por ordenador, con paisajes que pasan por el realismo más detallista o uno maravillosamente básico, que garantiza una experiencia visual variada y muy atractiva.

En esta primera entrega de diez cortos (sería muy triste que la apuesta muriera aquí) Disney encargó la producción ejecutiva a Peter Ramsey (codirector de la película ganadora del Oscar “Spider-Man: Un nuevo universo”) en unión con Tendayi Nyeke y Anthony Silverston de Triggerfish, el estudio sudafricano principal responsable de esta antología, musicalizada de forma magistral por el egipcio Amir Hedayah.

 

Los diez cortos son: “Polvo de estrellas“ (Ahmed Teilab, Egipto), “Mkhuzi, espíritu de la pista“ (Simangaliso “Panda” Sibaya y Malcolm Wopé, Sudáfrica), “Hatima“ (Terence Maluleke e Isaac Mogajane, Sudáfrica), “Enkai“ (Ng’endo Mukii, Kenia), “Moremi“ (Shofela Coker, Nigeria), “Surf Sangoma“ (Nthato Mokgata y Catherine Green, Sudáfrica), “Mukudzei“ (Pious Nyenyewa y Tafadzwa Hove, Zimbabue), “Problemas del primer tótem“ (Tshepo Moche, Sudáfrica), “El joven pastor“ (Raymond Malinga, Uganda) y “Me das alegría“ (Lesego Vorster, Sudáfrica).

Una de las características más especiales, que aparece de forma transversal en todos ellos, en algunos de forma más explícita que en otros, es la presencia invariable de las raíces culturales más profundas, representadas en la presencia de criaturas mitológicas del más ancestral acervo local, la meticulosa estética empleada en cada detalle o, incluso, en los colores elegidos para la animación aunque aparezcan estos inmersos en historias con extraterrestres, robots, monstruos y construcciones futuristas, dotando a cada historia de una autenticidad mayúscula.

“Kizazi Moto: Generación Fuego” es, sin duda, una idea genial, una experiencia que resulta emocionante desde el punto de vista del espectador, porque nos descubre una experiencia novedosa, la más original en mucho tiempo y sin necesidad de vestirla con la espectacularidad de los efectos más deslumbrantes, porque en este caso son las propias historias y la personal forma de plasmarlas en la pantalla las que se encargan de sorprendernos. Nunca nos hemos enfrentado a esta forma de ver a África y ya era hora.