La segunda edición de "Bake Off: Famosos al horno" se acerca a su gran desenlace, pero antes, sus cuatro semifinalistas enfrentaron un programa cargado de tensión, emociones intensas y una gran exigencia técnica. Nagore Robles, Pol Espargaró, Lidia Torrent y Mario Marzo se jugaron su pase a la final en tres pruebas que dejaron momentos memorables y decisiones ajustadas por parte del jurado.

La jornada comenzó con la prueba de autor, en la que los concursantes tuvieron que reinterpretar el clásico pastel ruso. Un desafío que llevó al límite a Nagore Robles, quien no pudo evitar las lágrimas por el estrés. Sin embargo, su esfuerzo dio frutos con una elaboración de "presentación sencilla pero bonita" y un bizcocho "espectacular", según los jueces. Mario Marzo sorprendió con una versión técnicamente bien elaborada, aunque con un exceso de relleno. Por su parte, Pol Espargaró apostó por un enfoque más tradicional que fue aplaudido por su precisión, mientras que Lidia Torrent destacó con una ejecución impecable, especialmente en la decoración.

El segundo reto de la noche trajo consigo un giro especial: la presencia de los familiares de los semifinalistas, quienes se convirtieron en sus ayudantes. Pero la sorpresa no se quedó ahí. La prueba técnica corrió a cargo del chef Paco Roncero, que les puso a prueba con uno de sus postres más complejos, elaborado con remolacha y un cremoso de ajo negro. La dificultad fue tal que incluso Roncero reconoció la complejidad del desafío.

La cata a ciegas dejó resultados inesperados. Nagore, quien comenzó la noche con dudas, logró impresionar a los jueces a pesar de que su postre no lucía como el más atractivo visualmente. “Muy feo, pero con un equilibrio de sabores espectacular”, sentenciaron los expertos. Pol Espargaró quedó en segundo lugar, con una ejecución correcta pero con algún problema en la textura del gel. Mario y Lidia, en cambio, tuvieron dificultades con la remolacha, lo que los dejó en la parte baja de la clasificación.

Para cerrar la noche, los concursantes se enfrentaron a la última prueba de la edición antes de la final: la fantasía del chocolate. La tarea consistió en elaborar doce bombones dentro de una caja completamente hecha de chocolate, un desafío que combinaba técnica, creatividad y precisión. Este último esfuerzo definiría a los finalistas que se disputarían la gran victoria en la próxima entrega.

Con la decisión final del jurado, los nombres de los finalistas quedaron al descubierto, en un desenlace que dejó a más de uno con la boca abierta. Ahora, solo queda un paso más: la gran final del programa de RTVE, en la que uno de ellos se coronará como el mejor pastelero VIP de la temporada.