
Incertidumbre
El plan de Sánchez para la TDT, en punto muerto
El Ministerio de Transformación Digital aún no ha definido si retomará el proceso, buscará otro socio o cancelará el proyecto.

El lanzamiento de un nuevo canal en abierto a través de la TDT, previsto inicialmente para este año, ha quedado en pausa. El proyecto, impulsado desde el Ministerio para la Transformación Digital, contemplaba la adjudicación de una nueva frecuencia con la vista puesta en 2025, pero la iniciativa se ha visto frenada por una combinación de factores estructurales, financieros y políticos.
Según ha trascendido en medios como The Objective, uno de los principales obstáculos ha sido la situación interna del grupo Prisa, señalado como el socio natural del Gobierno para sacar adelante esta señal. Las diferencias estratégicas en el seno de la compañía y la inestabilidad en su cúpula directiva han provocado que el Ejecutivo detenga la iniciativa, al menos por ahora.
La propuesta original fue liderada por José Miguel Contreras, con el respaldo de inversores como Andrés Varela (Global Alconaba), Adolfo Utor y Diego Prieto. La cadena se planteaba como una oferta de bajo coste, centrada en debates y análisis político, con un enfoque editorial afín al Gobierno. Sin embargo, el rechazo de Joseph Oughourlian, presidente de Prisa, a comprometer recursos en un momento financiero delicado, acabó por desactivar la operación.
El cambio en la dirección de Prisa Media, con la salida de Carlos Núñez y la reubicación de Contreras, debilitó aún más el plan. Desde entonces, accionistas enfrentados han intentado reactivar el proyecto sin éxito. En paralelo, el nuevo plan técnico nacional de la TDT aprobado en marzo incluía el espacio necesario para emitir dos señales en ultra alta definición, pero no se ha producido ningún avance desde entonces.
En este escenario, el Gobierno contempla tres escenarios: posponer el concurso hasta que Prisa recupere estabilidad, buscar un nuevo operador que asuma la señal o directamente desechar el proceso. Esta última opción gana fuerza ante la caída de la inversión publicitaria —que ronda un 5% negativo este año— y el desinterés de otros grupos potenciales como Telefónica, que ha descartado implicarse, incluso con el respaldo indirecto de la SEPI.
De momento, el Ejecutivo ha optado por reforzar la estructura de RTVE como su principal altavoz institucional. Comunicadores como Javier Ruiz o Jesús Cintora, inicialmente vinculados al canal fallido, han sido integrados en el ecosistema de la televisión pública, en una estrategia que redirige el foco mediático hacia una plataforma ya consolidada. El canal proyectado para la TDT, en cambio, permanece en punto muerto, con una frecuencia sin asignar y sin fecha clara para retomarse.
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