Geografía

Un soltero de 'First Dates' no es capaz de ubicar Murcia dentro de España: "¿En Mallorca, verdad?"

Jorge jamás pensó que tendría que explicar donde se encuentra su ciudad y Raúl debería darle un repaso a la geografía de nuestro país

Jorge y Raúl durante su cita en 'First Dates'
Jorge y Raúl durante su cita en 'First Dates'Cuatro

Murcia no esta en Mallorca, esto es algo obvio para todo el mundo, bueno casi todo el mundo. Raúl anoche gestó otro gran momento de los centenares que ha registrado 'First Dates' en estos casi diez años de emisión en Mediaset, tanto en Cuatro como en Telecinco. Jorge, su cita, se quedó incrédulo cuando Raúl espetó que sí Murcia se encontraba en Mallorca y no pudo aguantarse la risa.

La cita entre Jorge y Raúl en 'First Dates' prometía conexión y simpatía, pero terminó convirtiéndose en una velada más recordada por un despiste geográfico monumental que por el romanticismo. Jorge, madrileño de 22 años, aunque nacido en Murcia, se presentó como un chico coqueto, con estilo y con el curioso sello de “clean cani”. Estudiante y social media manager, llegó al restaurante de Cuatro buscando a alguien que compartiera sus gustos y su sentido del humor. Raúl, por su parte, es un joven de 20 años, auxiliar de enfermería y amante del tecno, que llegó desde Barcelona con la ilusión de encontrar a alguien especial. Sin embargo, desde el primer momento quedó claro que la atracción brillaba por su ausencia: ninguno de los dos sintió ese “clic” que suele encender la chispa en el programa.

El fallo geográfico de Raúl marca una cita sin química en 'First Dates'

Aun así, ambos decidieron disfrutar la cena y conocerse un poco más, aunque lo que debía ser una conversación ligera derivó en uno de los momentos más surrealistas de la noche. En pleno intercambio sobre viajes y ciudades, Jorge le preguntó a su cita si no tenía pensado mudarse “a la gran ciudad”, a lo que Raúl, entre sorprendido y ofendido, respondió: “¿Perdón? ¡Si Barcelona ya es una gran ciudad!”. Pero la verdadera joya llegó minutos después, cuando el tema derivó hacia Murcia. Raúl, con total sinceridad, confesó que no sabía ubicarla en el mapa. “Sé que voy a quedar de inculto, pero… no lo ubico”, admitió, dejando a Jorge entre incrédulo y divertido. Ni sus intentos por explicarle que Murcia no estaba “en Mallorca” lograron situarlo. “Luego buscas fotos”, zanjó el murciano-madrileño resignado.

El desliz geográfico marcó el tono del encuentro, que avanzó entre risas forzadas y conversaciones sin rumbo. Al final, ambos reconocieron haber pasado un rato agradable, pero coincidieron en que la química no apareció. Sin beso ni segundas oportunidades, la cita de Jorge y Raúl terminó siendo una lección involuntaria: en el amor, como en geografía, la orientación también cuenta.