Estreno
¿Quién mejor que Kevin Costner para este trabajo?
En «El Lejano Oeste por Kevin Costner», el legendario actor recorre el mito americano desde su mismísimo origen

Cowboys ya no hay. Los pobladores del lejano Oeste americano llevan, como poco, 100 años muertos, por lo que contar con sus testimonios para explicar esta mítica etapa de la historia de EEUU, que tantas veces hemos visto en el cine, se antoja complicado. Si hay alguien que puede asumir ese rol, sin duda, es Kevin Costner. El mítico y oscarizado actor y director, que tantas veces se ha subido al caballo para encarnar a los forajidos que poblaban aquel momento, une fuerzas con la historiadora Doris Kearns Goodwin, ganadora del Pulitzer, para traernos 'El Lejano Oeste por Kevin Costner', una serie documental que llega hoy a Canal HISTORIA. En ella, explora el retrato de la frontera americana, desde sus pioneros hasta los encargados de hacer cumplir la ley, y las batallas tanto por la tierra como por la libertad.
A lo largo de ocho episodios, Costner se convierte en una especie de guía espiritual por un territorio que él conoce como pocos. Su voz, grave y pausada, conduce al espectador por paisajes donde la historia y la leyenda se confunden, donde el héroe y el villano son a menudo la misma persona. La serie no busca revivir los duelos al atardecer ni las persecuciones a caballo que popularizó Hollywood, sino entender lo que había detrás: la ambición, la fe, el miedo y la violencia que moldearon un país. Desde el primer episodio, ya queda claro que no se trata de un western más. En lugar de glorificar la expansión norteamericana, Costner la retrata como un proceso lleno de contradicciones, en el que los pueblos indígenas, encabezados aquí por el jefe Little Turtle, luchan por conservar su tierra frente a la arrolladora maquinaria del progreso. El resultado es un episodio casi trágico, que marca la pauta de lo que vendrá: un relato épico, sí, pero con la mirada puesta en las víctimas tanto como en los vencedores.
La serie avanza con una narrativa más cercana a la crónica que al documental convencional. En La fuga de Colter, por ejemplo, seguimos al explorador John Colter en una persecución que parece sacada de una pesadilla, símbolo de la tensión entre el hombre blanco y la naturaleza salvaje. En Comanchería, el secuestro y posterior rescate de Cynthia Ann Parker sirve como espejo del desarraigo cultural que supuso aquel choque de mundos. Son historias pequeñas que, juntas, componen el retrato coral de una nación que aún no sabía lo que quería ser.
La fotografía es, quizá, lo más cautivador. Cada plano parece pintado con la melancolía de un territorio que ya no existe: cielos interminables, polvo suspendido, caballos avanzando entre la niebla. La voz grave de Costner acompaña ese viaje con un tono pausado, casi ritual, que refuerza la sensación de estar asistiendo a una elegía más que a un documental histórico. Es cierto que en ocasiones esa narración resulta algo monótona, pero también aporta una calma que invita a la reflexión. Costner no busca adrenalina ni espectáculo, sino contexto. En episodios como 'Kansas sangrienta', donde el abolicionista John Brown encarna el preludio de la Guerra Civil, la serie muestra cómo el Oeste no fue solo una expansión geográfica, sino también moral y política. La frontera se convierte en un laboratorio de ideas, tensiones y contradicciones que aún resuenan en la identidad estadounidense.
En conjunto, la serie es una obra de madurez. El actor y director revisa los mitos que ayudó a consolidar en el cine y los observa con la distancia del tiempo, casi como un cronista. La mano de la historiadora Doris Kearns Goodwin aporta rigor, pero es la sensibilidad de Costner la que dota al conjunto de alma. No es una serie para impacientes ni para quienes busquen acción continua, pero sí para quienes disfrutan del detalle, del silencio y del peso de la memoria. En tiempos en los que la ficción suele reducir el pasado a pura estética, Costner ofrece algo más honesto: un retrato complejo, imperfecto y profundamente humano de lo que realmente fue el Oeste.