Estreno

Todos querían muerto a Carrero Blanco

Movistar Plus+ estrena mañana el primer episodio de «Matar al presidente», serie documental de tres entregas sobre los misterios que aún sobrevuelan el atentado

Carrero Blanco
Carrero Blanco.La Razón

El 20 de diciembre de 1973 a las 9:27 de la mañana hacía explosión un artefacto en la madrileña calle de Claudio Coello al paso del coche del Presidente del Gobierno del momento, el Almirante Luis Carrero Blanco. El Dodge 3700 GT, de casi 1.800 kilos, voló por los aires 20 metros y cayó en la azotea de la Casa Profesa, residencia de la Compañía de Jesús en Madrid, dejando en el pavimento un boquete que ocupaba toda la calzada. Este año, en el 50 aniversario del atentado, Movistar Plus+ estrena la serie documental «Matar al presidente», tres episodios con testimonios de periodistas, técnicos, exespías, etarras y familiares de Carrero Blanco, que intenta arrojar algo de luz a uno de los misterios más oscuras de nuestra historia reciente, y la primera vez que se ha autorizado el acceso ilimitado al contenido del sumario del atentado.

Luchas internas

Dividido en tres partes, el primero de los cuales se estrena mañana bajo el nombre «Todos querían muerto a Carrero Blanco», la serie documental creada y dirigida por Eulogio Romero y con la producción original de Movistar Plus+ en colaboración con 100 Balas (The Mediapro Studio), ahonda en el descrédito a una versión oficial que enseguida desplazó la atención que no tuviera que ver con la autoría de la banda terrorista ETA. La pieza usa recreaciones de alta calidad para ilustrar no sólo el momento de la preparación del atentado por parte de los etarras, si no que nos hace viajar años antes cuando Luis Carrero Blanco comienza a tener importancia en la cabeza del Estado con la connivencia de Francisco Franco. Su carrera es meteórica y se hace con la presidencia del Gobierno. Pero en su vida política, y esto es lo que intenta demostrar el capítulo uno, hay mucha gente que quiere quitarle de en medio, ya sea porque no comulga con sus ideas continuistas del régimen, o porque quiere ocupar su lugar cerca de la familia Franco (doña Carmen Polo incluida). Delante de las cámaras pasarán los periodistas especializados Tim Weiner (premio Pulitzer); Paco Mármol y Carlos Estévez (coautores del libro «Carrero. Las razones ocultas de un asesinato»), Antonio Rubio, Ernesto Villar (autor de «Todos quieren matar a Carrero»), Pilar Urbano (escritora, experta en espionaje y la Transición) y Jorge Cabezas (autor del libro «Yo maté a un etarra». Además de las entrevistas con Ángel Amigo (ex miembro de ETA), Mikel Lejarza, El Lobo (ex espía del CESID), Fernando San Agustín (ex espía del CESID que capta a El Lobo), Jaime Rocha (ex espía del CESID y ex colaborador de la CIA), José María Manrique (coronel de Artillería retirado), Rodolfo Martín Villa (exministro del Interior). Rematan con su aparición en esta serie documental, los testimonios de José Enrique Carrero-Blanco (nieto de Luis Carrero Blanco) y José Luis Pérez Grados (hijo de José Luis Pérez Mogena, chófer de Luis Carrero Blanco). También hay decenas de documentos sonoros y apoyo gráfico para entender todo lo que rodeó al atentado de Carrero Blanco.

La primera entrega arranca en 1973 y la emergente, pero aún inexperta, banda terrorista ETA está decidida a cometer un gran golpe en Madrid. Los etarras Argala y Wilson entran en contacto con un misterioso personaje con el que se citan en el madrileño hotel Mindanao y que les hace darse cuenta de la falta de protección que tenía el entonces vicepresidente del Gobierno cuando se desplazaba diariamente a escuchar misa cerca de su domicilio. Al principio, y según todos los indicios, se trataba de un caso claro de secuestro que acabaría intercambiándose por todos los presos etarras hasta la fecha. El documental apunta al deterioro físico del dictador como uno de los acelerantes de los planes de todos aquellos que querían fuera de sus vidas a Carrero. Pero pasa hasta un año cuando la banda vuelve a replantearse, ya no el secuestro, si no el asesinato, porque Carrero es nombrado Presidente del Gobierno. Nace la «Operación Ogro». «Matar al presidente» hace hincapié en todos los detalles turbios de la historia, con varios frentes abiertos, alguno internacional, y los despropósitos por parte de los servicios de inteligencia españoles, el servicio de escolta del régimen y hasta de los propios etarras, que camparon a sus anchas por Madrid durante un año. Incluso con el aliciente de saber que mucha gente sabía que estaban en la capital para atentar contra el entonces príncipe Juan Carlos, el propio Franco o Carrero Blanco. A todo el desbarajuste logístico se suma que el comando Txikia carecía de experiencia en explosivos, que en esas fechas tenía prevista una visita a Madrid Henry Kissinger, secretario de Estado con Richard Nixon (hospedado a 100 metros del agujero excavado por los terroristas), y la no menos posible intervención de la Agencia Central de Inteligencia americana (CIA).

El Lobo

Por supuesto que la serie creada por Eulogio Romero no se queda ahí y busca confrontar las teorías alternativas. Un momento cumbre es un «no» rotundo en lo que se refiere a que la CIA colabore con un grupo armado terrorista de izquierdas. En el segundo episodio la trama se centra más en la posible piedra en el zapato que suponía el almirante Carrero Blanco para los intereses estadounidenses en nuestro país, puesto que se negaba a renovar el alquiler de las bases españolas a las tropas americanas, cosa que no pasó con su sucesor. Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos había una preocupación relativa a que la enfermedad de Franco, sobrevenida sin haber designado sucesor, pudiera perpetuar la dictadura, y además, en la figura de Carrero. Imperdibles los testimonios de los familiares, que vieron como las promesas de resolver el asesinato del Presidente se quedaron en agua de borrajas lavando carreras políticas, truncadas algunas por extraños accidentes. Sobrecogedora la emoción del hijo del chófer que reconoce abatido que nunca se trató de la investigación del asesinato de su padre. Luego entra en escena, ya llegados al capítulo tres, el testimonio de El Lobo, y cómo la muerte de Carrero precipitó el interés de los servicios de inteligencia del régimen por colocar un topo en ETA. Y cómo , desde dentro, los posibles testigos «ayudados» del atentado fueron cayendo uno tras otro y nunca más se ha vuelto a hablar del tema del atentado porque parecía tabú, según el testimonio de Mikel Lejarza.

Como bien explica el director de la serie, la idea es presentar todas las posibilidades para que el espectador se haga a la idea de la dimensión de uno de los secretos, si lo es, más oscuros de la Transición que implicó (si lo hizo) a muchas partes interesadas en que volara Carrero Blanco. Si hay que poner un pero, son los últimos minutos del metraje que intenta cerrar con un resumen a todas luces innecesario. Pero el resto es una obra de ingeniería que contiene las voces autorizadas de aquellos que todavía confían en que algún día se sepa la verdad.