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Sevilla

Rocío Romero: «Se me pegan las canciones hasta cuando toreo»

Con 19 años y una infancia marcada por el deporte de élite, Rocío debutará como novillera con caballos este domingo en Vistalegre (Madrid) ante astados de El Parralejo.

Rocío Romero
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Con 19 años y una infancia marcada por el deporte de élite, Rocío debutará como novillera con caballos este domingo en Vistalegre (Madrid) ante astados de El Parralejo.

Son muchos los que ponen en duda que sólo tengamos cinco sentidos, asegurando que poseemos un sexto a descubrir. Si así fuese el de Rocío Romero sería el del ritmo, la cadencia que primero ejerció en la gimnasia y hace unos años sobre los ruedos. La cordobesa debutará este domingo como novillera con caballos en la Plaza de Toros de Vistalegre, tras haberle bastado tres temporadas en el escalafón inferior para consagrarse como una de las grandes promesas de la actualidad.

–¿Qué significa para usted dar este salto?

Es un debut soñado, en una plaza clave, en Madrid, a principios de temporada y con una ganadería importante.

–El año pasado triunfó en la Maestranza y pudo brindarle un toro a su gran referente, Morante de la Puebla. ¿Qué le dijo?

Me alegró mucho verle en el tendido y brindarle un toro en Sevilla es lo más grande. Le di las gracias por haberme hecho disfrutar tanto con su toreo y le pedí que siguiese haciéndolo por mucho tiempo. Una semana después anunció su retirada (resopla). Pero parece que al final logré convencerle.

–¿Se fija en referentes femeninos?

–No especialmente. Esta no es una profesión de hombres ni de mujeres sino de gente capaz y con valor.

–Todos tenemos un pasado y el suyo está escrito sobre el tapiz. ¿Cómo fue su particular sueño olímpico?

Empecé en la gimnasia rítmica desde muy pequeña y durante las pruebas para la selección de Andalucía coincidí con Lourdes Mohedano (subcampeona olímpica en Río 2016), que por entonces estaba entre el equipo preseleccionado para Londres 2012. Ella se convirtió en mi referente más cercano y sus objetivos en los míos. Pero pronto crecí y me propuse metas más acordes a mis posibilidades.

–¿Cómo cambió definitivamente los aros y las mazas por la espada y la muleta?

Los toros siempre fueron una de mis pasiones, pero de pequeña me autoconvencí de que era algo imposible. Todo cambió cuando en mi pueblo (Dos Torres, Córdoba) tuve la oportunidad de lidiar una becerra. Ese día cambió mi vida. Nunca me imaginé que sería un toro lo que provocaría mis emociones más profundas.

–¿Cómo encajó su entorno este cambio tan inusual?

Progresivamente. En mi familia la afición taurina siempre ha estado muy viva, de hecho fue mi padre quien me la inculcó. Pero a pesar de ello, pensando en mi bien, en algunos momentos me han animado a que lo dejara. Aunque pronto se dieron cuenta de que no me quitarían la idea de la cabeza, por lo que se volcaron en apoyarme y no lo volvieron a intentar.

–¿Se siente identificada con la gente de su edad?

–No mucho. Las preocupaciones de mis amigas son totalmente distintas a las mías. El toro me ha hecho madurar muy rápido, es un mundo donde tienes que estar muy espabilada y no dejar de aprender.

–Su entorno comenta que (quizás como herencia de la gimnasia rítmica) no para de escuchar música, incluso de camino a la plaza.

–Sí, soy la DJ de la furgoneta. Pero en los instantes previos a torear he dejado de hacerlo. Tengo gran facilidad para que se me peguen las canciones y cuando toreo estoy tan a gusto que me venían a la cabeza fragmentos de algunas, y en el ruedo hay que estar totalmente concentrada en el toro.

–¿Es de las que no soporta el reggaeton o se ha resignado a aceptarlo como la inmensa mayoría?

–Lo detesto. Para colmo tengo dos hermanas pequeñas de 15 y 16 años que no paran de ponerlo en casa, por lo que siempre tenemos alguna «peleílla»...

–¿Tienen algo en común la gimnasia y el toreo?

–Para mí son mis medios para expresar los sentimientos que llevo dentro. Muchos lo hacen a través de la escritura o la pintura, en cambio yo he encontrado mi cauce en estas dos actividades.

–Entre la carrera de enfermería y su profesión, ¿ni siquiera ha tenido tiempo de ver «OT»?

–(Se ríe) Bueno, algo me han contagiado mis amigas pero no he podido seguir mucho el concurso. Además de que no tengo tiempo para casi nada, siempre he sido más fan de «Masterchef».