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La altas tecnologías y la IA, aliadas para proteger los ecosistemas marinos
El «Informe Economía Azul y Blue Growth 2023», de Minsait e Intec, recoge las últimas tendencias en conservación
L a economía azul o «blue growth» se basa en la implantación de soluciones tecnológicas en el entorno oceánico para preservar los recursos marinos de manera responsable. Minsait, compañía de Indra, ha elaborado el «Informe Economía Azul y Blue Growth 2023» junto a la Fundación Europea para la Innovación y Aplicación de la Tecnología (Intec), donde presentan las tecnologías avanzadas más importantes para proteger los océanos, además de las últimas tendencias para incentivar la economía azul en España y Europa.
El documento recalca el papel fundamental que juega la digitalización en el entorno marítimo, la cual garantiza la conservación de recursos a largo plazo y evita la sobreexplotación marina, entre otras cosas. En este sentido, la innovación tecnológica y el uso de tecnologías avanzadas facilitan la investigación científica, así como una gestión consciente de la pesca y turismo sostenible; dos ejes clave de la «blue growth».
Como ejemplos de soluciones que están transformando el «blue growth», encontramos la inteligencia artificial o el «big data», herramientas que permiten la monitorización de los recursos marinos mediante la recopilación y análisis de datos. Esto conlleva una mejor comprensión y gestión de dichos recursos, y la optimización de operaciones acuícolas para mejorar la eficiencia y el impacto ambiental.
Desafíos
Según el «Informe Economía Azul y Blue Growth 2023» de Minsait e Intec, la economía azul supone el 1,5% del PIB de la UE, siendo España uno de los países más importantes en estos términos, debido a la gran actividad del sector pesquero, el cual aglutina el 3% del PIB nacional.
Es por ello que este sector ha de promover el incremento de la pesca sostenible por medio de, por ejemplo, modelos de gestión responsables con inteligencia artificial. Gracias a esta herramienta tecnológica de monitorización, las zonas marítimas experimentan un mayor cuidado y protección, sirviéndose de robótica submarina y de sistemas de observación oceánica. Además, mediante algoritmos de aprendizaje automático, es posible identificar patrones de pesca ilegal, así como la automatización de diversos procesos marítimos, que mejoran la eficiencia y la seguridad de las poblaciones de peces y recuperan las especies en peligro.
Concretamente, España lleva varios años realizando proyectos de investigación marina a nivel público y privado, además del establecimiento de clústeres y asociaciones que fomentan la cooperación y el desarrollo conjunto de este tipo de proyectos.
Turismo sostenible
Por otra parte, el informe contempla el cuidado y preservación de las áreas costeras, gran reclamo turístico de países europeos como España. El hecho de poseer unos ecosistemas marinos bien conservados a través de prácticas sostenibles genera un mayor interés en estos destinos, proporcionando la creación de empleo y crecimiento económico. Utilizar energías renovables oceánicas y el desarrollo de tecnologías marinas inteligentes, como robots submarinos autónomos, sensores avanzados y sistemas de comunicación, favorecen el desarrollo de dicho turismo en áreas costeras.
«La economía azul aborda los actuales desafíos ambientales y promueve la preservación de los recursos marinos de manera sostenible. Como compañía líder en transformación digital, nuestro objetivo es lograr, a través de proyectos tecnológicos, un uso sostenible de los recursos marinos, la conservación del medio ambiente y la mejora de la calidad de vida de las comunidades costeras», afirma Alberto Bernal, director de Territorios Phygital en Minsait, que del 30 de agosto al 1 de septiembre ha participado en las jornadas Ametic «Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones» –dentro de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander–, liderando el grupo de trabajo de economía azul.
Alcanzar un turismo sostenible en zonas de costa también se consigue por medio de la utilización de energías renovables oceánicas que aprovechan la energía generada por las olas y las corrientes marinas, así como la adopción de prácticas de economía circular que incluyen la reducción, reutilización y el reciclaje de materiales.
Además, el análisis de datos oceanográficos a través de la IA, como datos de sensores, boyas y satélites, permite una mejor comprensión de los procesos oceánicos y la predicción de floraciones de algas nocivas. Medidas todas ellas que conllevan la promoción de la sostenibilidad y, por tanto, la minimización de los impactos ambientales.
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