La inflación seguirá al alza

Ya sabíamos muchos que lo del 1,9% de inflación de junio, dato hecho público justo antes de las elecciones, era un mero efecto estadístico, de esos que tan magistralmente controlan las huestes sanchianas. Pasados los comicios, el IPC vuelve a las andadas con subidas consecutivas en julio y agosto, enfilando de nuevo el 3%. Y seguirá al alza, según la previsión de Funcas y de los analistas más neutrales, por mucho que Calviño y el Gobierno en funciones siga queriendo que veamos blanco donde sólo hay negro. Lo de que la inflación está controlada lo vemos con claridad en el precio del aceite, a 12 euros el litro ya en algunas marcas, un 15,4% de subida en mes y medio. Jamás el de oliva estuvo en tales cotas y lo peor es que la previsión sigue siendo más que mala. Cosecha escasa por la sequía y menos producción porque en realidad la denominada Agenda Verde europea está incentivando más el arranque que la siembra de olivos. Unos cracks estos burócratas comunitarios que dijeron que íbamos a comprar menos gas a Rusia y resulta que ahora le estamos comprado un 40% más de este combustible a Putin que antes de la invasión a Ucrania. Curiosamente España es, después de China, el principal cliente del autócrata, y eso que Sánchez y Borrell andan todo el día renegando del inquilino del Kremlin. Los combustibles van a seguir subiendo y eso nos hace aventurar un otoño-invierno con nuevas escaladas en la inflación, el denominado impuesto de los pobres que nos hace perder poder adquisitivo y sin capacidad de recuperar lo perdido.