África

Safari

Seguimos en Kenia y hoy nos vamos de safari

A la búsqueda de los "cinco grandes": el león, el leopardo, el elefante africano, el búfalo africano y el rinoceronte negro

Como contaba en mi artículo anteriordesde el principio hasta el final del viaje, todo es sorprendente. África deja huella” Con el aterrizaje en el aeropuerto de Samburu me di cuenta que este viaje iba a ser muy diferente a cualquier otro. Ya se pueden recorrer parques arqueológicos en el fin del mundo, volar en ala delta y aterrizar en lugares recónditos, hacer vuelo sin motor o atravesar mares en un velero artesanal. El poner el pie en la selva africana es otro mundo.

Cuesta “hacerse” con los sitios, pero más cuando llegas al lodge y te dicen que si se acerca un elefante, llames inmediatamente al guardia. Ahora eso sí, dormir en una de las reservas de elefantes más grandes de Kenia, es maravilloso. Se puede apreciar en el video que os dejo a continuación, cuando se acercan al campamento estos impresionantes animales:

Habiendo dormido o no, hay que levantarse tempranísimo para salir de la tienda y arrancar. Ser inexperta en safaris tiene su charme. Es volver a ser niña y preguntar las dudas que van surgiendo. Llevábamos ya más de media hora recorriendo la selva, por fin nos detuvimos y con el motor apagado, allí en medio, guardamos silencio por un largo tiempo. El guía indicaba a qué sitio se debería de fijar la vista. Allí te quedas, esperando a que algo se mueva o que algo suceda y de repente, justo en donde no hay nada ni nadie, descubres a una familia de felinos. El corazón se acelera, disparas con la cámara intentando fijar bien el objetivo, las manos tiemblan y al verlos tan cerca piensas que no se quedarán allí quietos, pero al no moverte, observan y huelen si hay peligro y deciden entre relajarse o lo contrario...

Masai Mara. Kenia. Alicia Romay
Masai Mara. Kenia. Alicia RomayMarc LannoyImagen cortesía Marc Lannoy

No puedes ni debes moverte. Los animales elevan el cuello y buscan quien los acecha. Nos ocultamos y ellos se relajaron y retomaron la siesta.

Familia de felinos en la Reserva Nacional de Samburu. Kenia
Familia de felinos en la Reserva Nacional de Samburu. KeniaAlicia Romay

El corazón recupera las pulsaciones poco a poco, nos alejamos del sitio lentamente e iniciamos la búsqueda del siguiente ”grande”. Ya es de día, hace calor, hay que encontrar los ejemplares que faltan. Hicimos lo mismo, recorrimos durante un largo rato la selva cruzando pequeños ríos, llanuras y espacios repletos de diferentes tipos de vegetación. Nos detuvimos en una zona con agua, era un río. Repetimos la operación. En silencio nos acercamos y nos mantuvimos quietos. Cuando menos te lo esperas, escuchas los respiros profundos de una familia de hipopótamos dándose un refrescante baño. Impresiona su placidez, no recuerda uno en ese momento que este ejemplar puede llegar a pesar entre mil trescientos y mil quinientos kilos dependiendo si es chica o chico y que cuando defienden su territorio, son implacables...

 

Y no podía faltar la búsqueda de un cocodrilo...

Cocodrilo en la Reserva Nacional de Masai MaraImagen: Alicia Romay
Cocodrilo en la Reserva Nacional de Masai MaraImagen: Alicia RomayAlicia Romay

Seguimos y ahora sí definitivamente, nos concentramos en la búsqueda del rey la selva. Durante el recorrido, el guía aseguraba que lo veríamos, pensé que sería imposible, iba muerta de miedo. Ya lo decía yo, que no sabe uno lo que le espera cuando se va al primer safari, es fácil de imaginar, pero el vivirlo es otra cosa. Entiendo que hay expertos en la materia pero vivirlo y conocer la realidad de la selva, es algo que se aprende sobre la marcha. Hay que decir que las medidas de seguridad de los guías son muy buenas, pero uno nunca sabe...

El reto es el capturar la imagen de los “big five” . Es lo suyo cuando se visita la Reserva de Masai Mara.

León con compañía en Samburu.Imagen Alicia Romay
León con compañía en Samburu.Imagen Alicia RomayAlicia RomayAlicia Romay

Esta reserva es famosa por su población de leones, además de contar con rinocerontes negros e hipopótamos que viven en el río Mara que atraviesa Kenia y Tanzania, también por el guepardo y por la hiena.

Guepardo en la reserva de Masai Mara. Kenia. Imagen Alicia Romay
Guepardo en la reserva de Masai Mara. Kenia. Imagen Alicia RomayAlicia Romay

Si viajas a Masai Mara, el top es ser capaz de encontrar a sus “Cinco Grandes”: el león, el leopardo, el elefante africano, el búfalo africano y el rinoceronte negro. También es una zona para conocer a los ñu, una especie muy particular. El visitar esta parte de África en el mes de julio, ofrece la posibilidad de contemplar a las manadas de cebras que emigran desde las planicies del Serengueti en busca de pastos más frescos permaneciendo en esta zona hasta octubre. Esta zona es el hogar de más de cuatrocientas especies de aves.

Cebras en Masai Mara. Kenia. Foto Alicia Romay
Cebras en Masai Mara. Kenia. Foto Alicia RomayAlicia Romay

Ahora sí, nuestro siguiente objetivo era encontrar a la manada de leones, yo pensaba que no hacía falta encontrarla, con uno tendría suficiente... Fuimos a por ello y lo conseguimos. Nos encontramos con este precioso ejemplar que además, parecía que posaba especialmente para nosotros. Qué belleza y que poderío, encontramos también al otro que estaba acompañado.

El Rey de la selva en Samburu. Reserva Masai Mara. Kenia. Imagen Alicia Romay
El Rey de la selva en Samburu. Reserva Masai Mara. Kenia. Imagen Alicia RomayAlicia RomayAlicia Romay

Vaya día, estamos agotados. Son las tres de la tarde y debemos de ir pensando en volver al campamento. No es aconsejable permanecer por la tardeen la selva según nos indica el guía. Se siente el deseo de llegar y darse una rica ducha pero por otro lado, la adrenalina allí sigue a todo lo que da y el cuerpo pide más. Esta reserva no decepciona. De regreso tuvimos otro momento memorable al ver al gatopardo, uno de los “cinco grandes” que nos faltaba. A los elefantes, como dormían en casa no nos preocupaba perdernos en la jungla para admirarlos.

Llegamos al campamento, descansamos, cenamos temprano y a dormir, al día siguiente nos esperaba otro madrugón. Si la primera noche tuve que recurrir al reproductor de videos para quitarnos el miedo, esta vez el cansancio era tal que no escuché ni la visita nocturna de los amigos elefantes.

Fuimos cambiando de campamento. Una de las visitas muy recomendable es el Parque Nacional del Lago Nakuru. No creo ser la única de haber deseado admirar a cientos de flamingos en un entorno que parece irreal. Si alguien quiere verlos en todo su esplendor, este es el sitio. Es un lugar para pasar el día, hacer picnic y disfrutar de la naturaleza más relajadamente. También ofrecen algunos safaris en esta zona. La combinación es perfecta, se pueden hacer deliciosas caminatas en compañía del vuelo de las aves locales y de impresionantes jirafas que se asoman al paso de los visitantes.

Las jirafas en Masai Mara. Kenia. Foto: Alicia Romay
Las jirafas en Masai Mara. Kenia. Foto: Alicia RomayAlicia Romay

No he hablado de mi momento cebras. Sus rayas son tan perfectas que me acerqué varias veces para ver si encontraba alguna mal alineada. El resultado fue cero. Eran perfectas y son encantadoras, en esta zona las puedes ver por todos lados.

Hay que ir de safari, hay que tener alguna vez en la vida esta maravillosa experiencia.