Viajes

Atenas, la seductora fusión de la historia y el paso del tiempo

La capital griega es un destino que hay que visitar al menos una vez en la vida por todo lo que alberga

Imagen nocturna con Atenas desde arriba, la plaza Monastiraki y la antigua Acrópolis.
Imagen nocturna con Atenas desde arriba, la plaza Monastiraki y la antigua Acrópolis.dreamstime

Descuidada y elegante por igual, Atenas es, sin lugar a dudas, una seductora mezcla de historia y vanguardia. Dicho esto, si tuviéremos que nombrar destinos de viaje realmente irresistibles para cualquier viajero, uno de ellos sería esta fascinante ciudad, ya que en ella imponentes restos arqueológicos contrastan con su atmósfera bulliciosa y llena de vida, haciéndola absolutamente única y especial. Lo cierto es que el «alma» inquieta y festiva de Atenas enamora al recorrer sus plazas y calles, comer en sus restaurantes, perderse en sus mercados…, aunque es, al visitar sus monumentos, cuando se descubre el inmenso valor de todo lo que atesora, no en vano fue considerada la capital del mundo en la Antigüedad.

Los atractivos turísticos de Atenas son muchos, pero si tuviéramos que nombrar el principal es su Acrópolis, ¿sabía que está considerado uno de los lugares más importantes de la historia de la humanidad? Siglos de eventos históricos han desfilado ante los majestuosos templos que alberga esta «ciudad alta» que sirvió de defensa y culto, y que fue el epicentro de la civilización griega en su mayor esplendor. De imprescindible visita, su ubicación es privilegiada,se encuentra en la cima plana de un promontorio rocoso, coronando Atenas y envuelta por un paisaje monumental en el que parece que la memoria histórica que flota en el ambiente y la naturaleza del entorno la embellecen aún más.

Las principales construcciones que aquí se alzan son el templo Partenón, que es un símbolo de este lugar por sus enormes columnas, las cuales superan los diez metros, y, por supuesto, por ser el templo griego por antonomasia; el templo Erecteion, consagrado a Atenea y a Poseidón, y que es muy especial por su famoso pórtico de las Cariátides; en él, seis esculturas de 2,30 metros de altura hacen de columnas y soportan el entablamento —como dato importante, hay que decir que estas estatuas son réplicas y que las originales están en el museo de la Acrópolis y una en el museo británico—; muy importantes son los propileos, que son con toda probabilidad el umbral más espectacular de cuantos anteceden a un conjunto arquitectónico de la antigüedad, franquear esta monumental entrada es retroceder milenios en el tiempo, y el actual aspecto de estas ruinas tiene un silencioso encanto que se percibe flotando entre la bella desnudez de la estructura; muy cerca, el templo de Atenea Nikeparece suspendido en el aire por su ubicación en un extremo de la Acrópolis, y es importante saber que lo que está actualmente es una reconstrucción del siglo XIX.

Otras estructuras muy interesantes son el Odeón de Herodes Ático, el Monumento de Agripa y la Puerta Beulé. Una vez recorrida la Acrópolis, es muy aconsejable entrar a conocer su museo, que se sitúa a tan solo 300 metros de ella, y es, junto al Museo Arqueológico Nacional, uno de los más importantes del país, e incluso podría decirse que del mundo.

Resulta obligado visitar el Museo Arqueológico Nacional
Resulta obligado visitar el Museo Arqueológico NacionalDreamstimeDreamstime

Recorriendo algunos de los lugares más emblemáticos

Continuamos descubriendo los tesoros de Atenas descendiendo de la Acrópolis hasta el barrio de Monastiraki, que se encuentra en la base de la colina que asienta la Acrópolis. Es una zona plagada de restaurantes y cafés, su plaza Monastiraki es uno de los puntos más turísticos de Atenas y es un buen lugar para iniciar visitas, ya que a un lado está el Ágora Antigua, y al otro el popular barrio de Plaka, la biblioteca de Adriano y el Ágora Romana.

El pintoresco vecindario de Plaka se caracteriza por sus callecitas angostas y sus pequeñas y alegres plazas repletas de gente. Aquí se encuentra el Ágora Romana y la biblioteca de Adriano, así como pequeñas y varias preciosas iglesias. No hay que olvidar que muy cerca se encuentra el barrio de Anafiotika, un vecindario con ambiente de pueblo y sinuosas callejas medievales con casas pintadas de blanco con ventanas de un color azul intenso.

Seguimos paseando por lo que es conocido como Foro Romano: el Ágora Romana. Este lugar era la antigua plaza pública de Atenas, uno de los principales puntos de reunión de la ciudad, aunque actualmente solo se conservan pequeñas partes de columnas del patio y una pequeña zona que correspondía a los baños públicos, y la Torre de los Vientos, erigida hace más de 2000 años y que cumplía una doble función: la de templo religioso y la de observatorio meteorológico. Tras esta visita, una buena opción es ir al antiguo Ágora, centro de la vida diaria en la antigua Atenas, donde se concentraba la administración de la ciudad, la política, el comercio y buena parte de las actividades sociales. Entre los restos de sus antiguos edificios hay que destacar la Stoa de Átalo, que también ejerce las funciones de museo de Ágora, y el magnífico templo de Hefestos, uno de los mejores conservados de toda Grecia.

Como joyas que alberga la capital griega se encuentra la iglesia Panagia Kapnikarea, una de las más antiguas de la urbe, ya que data del siglo XI. Es un espléndido ejemplo de la arquitectura de la era bizantina, que, aunque muy pequeñita, es de tan impactante belleza que sin duda se puede considerar una visita obligada. Imprescindible también es el templo de Zeus, el Olimpeion; fue el templo más grande de la Grecia Antigua, y aunque hoy solo queda la planta y quince columnas en pie, es suficiente al contemplarlo para hacerse una idea de lo colosal que fue. Muy cerca hay un pequeño parque que contiene las ruinas del Muro de Temístocles y las antiguas Termas Romanas de Bath.

Otra construcción emblemática es el Estadio Panathinaikó, una imponente mole de mármol blanco cuyo antecesor y primigenio edificio fue construido alrededor del 335 a.C. En él se organizaban los juegos de las Panateneas que se celebraban cada año y donde los corredores competían en carreras alrededor de la pista. Es importante destacar que el actual estadio es una réplica del descrito y que fue reconstruido para los Juegos Olímpicos de 1896.

Si seguimos hablando de lugares atenienses importantes por descubrir y queremos vistas de 360º de Atenas, es fundamental subir al Monte Licabeto, en cuya cima curiosamente hay una pequeña y emotiva capilla dedicada a San Jorge.

Debemos citar también los Jardines Nacionales, un oasis verde ideal para pasear y sentarse un rato a descansar, así como un interesante pero poco conocido lugar, el Kerameikos, el antiguo cementerio de Atenas y en su época la mayor necrópolis de toda Grecia. Existen otros muchos lugares atenienses «imperdibles», mas es imposible mencionarlos todos en un artículo, pero sí podemos resumir en pocas palabras su esencia: es una ciudad que atrapa al visitarla, que sorprende al recorrerla, y que fascina al conocerla. Indudablemente, un destino obligado para cualquier viajero que se precie.