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Oporto: una escapada entre viñedos y vistas al Duero
Esta ciudad del norte de Portugal ofrece una gran gastronomía mediterránea, rica historia medieval y unos alojamientos para sentirse como en casa
Impresionantes vistas al Duero desde los viñedos, casas de colores que adornan las calles, una gastronomía donde el bacalao y el vino son los productos estrella; y sobre todo la amabilidad de la gente y sentirse como en casa es lo que convierte a Oporto en una escapada imprescindible.
Esta ciudad costera en el noroeste de Portugal entre montañas esconde numerosos secretos y lugares mágicos que esperan a ser descubiertos como la librería Lello que fue inspiración de la escritora J. K. Rowling, la Iglesia de los Clérigos construida en el siglo XVIII o incluso el acogedor restaurante Cantinho do Avillez, del reconocido y premiado chef José Avillez que sirve una comida inspirada en la cocina portuguesa.
A menos de una hora en coche desde la ciudad de Oporto se encuentra Guimarães, un municipio del distrito de Braga que es considerado por los portugueses como la cuna de su nación, ya que fue allí donde nació el primer rey de Portugal, Alfonso Henriques, y en el que se luchó por la independencia del país. Además, en esta ciudad de rica historia medieval declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco se encuentra uno de los sitios más visitados de Portugal, el Palacio de los Duques de Braganza. Este edificio construido en el siglo XV fue el centro neurálgico para la creación de uno de los países más antiguos del mundo y durante estos años ha tenido diferentes usos, siendo no solo el hogar de los duques, sino también cuartel militar durante la Segunda Guerra Mundial y residencia de vacaciones del actual presidente de la República de Portugal. Dentro de este imponente palacio, los viajeros podrán encontrar muebles y tapices tejidos en Europa que muestran la historia y los descubrimientos llevados a cabo por las tropas portuguesas.
Para recorrer esta ciudad portuguesa y crear grandes recuerdos, descansar y relajarse se vuelve imprescindible. Para ello, Guimarães cuenta con el hotel Conquistador Palace. Este espacio inspirado en las conquistas y experiencias del tenista profesional João Sousa pone a disposición de sus visitantes catorce habitaciones exclusivas, de más de 30 metros cuadrados, diseñadas y decoradas haciendo honor al estilo arquitectónico original.
A media hora en coche del lugar donde nació Portugal, entre Oporto y el valle del Duero, se encuentraAmarante, una ciudad que se eleva sobre el río Támega y una serie de majestuosos paisajes en los que sus visitantes podrán dar largos paseos en bicicleta y conocer iglesias de gran valor artístico. Sin embargo, este lugar no solo tiene encantos ocultos en su patrimonio e historia, sino que también enamora por el estómago, por lo que en el centro de la ciudad se encuentra Largo do Paço, restaurante distinguido con una Estrella Michelin, que comparte su ubicación con la Casa da Calçada. Este palacio del siglo XVI con una alta relevancia arquitectónica invita a todos sus clientes a un viaje gastronómico a través de su cocina mediterránea en el que se mezclan la tradición y transgresión a partes iguales.
Por último, otro de los imprescindibles del norte de Portugal es el valle del Duero en el que sus visitantes podrán navegar por el río que da nombre a este lugar o hacer rutas en Jeep para disfrutar de un impresionante paisaje lleno de viñedos. Además, a medio camino entre las ciudades de Régua y Lamego, los turistas podrán descansar en La Quinta da Casa Amarela, propiedad en manos de la misma familia desde 1885 en la que sentirse como en casa y poder disfrutar de su producción de vinos Reserva y Gran Reserva en el corazón de este valle. Parece obvio que sobran las razones para viajar hasta la región de Oporto, razones que hacen que acabe enamorándose de Oporto, más aún en otoño.
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