Londres

Londres: el mundo concentrado en una ciudad

Londres: el mundo concentrado en una ciudad
Londres: el mundo concentrado en una ciudadlarazon

La imagen que proyecta Londres es la de una urbe con gran influencia mundial en economía, cultura, moda, música... Pero es algo más que una ciudad global. La metrópoli posee el valor añadido de albergar movimientos culturales que son la esencia de una palabra asociada a la libertad:underground.

...Ni siquiera escribiendo muchas veces undergroundse consigue transmitir el concepto que encierra. Su polisemia obliga a descubrir nuevos significados; para poder hacerlo, es necesario sentirse libre y explorar.

Multicultural, mestiza y abierta, Londres es una isla dentro de una isla. Capital de Inglaterra y del país insular al que pertenece, Reino Unido, en sus calles habitan trocitos de mundo representados en los más de trescientos idiomas que en ella se hablan. Así es Londres: diversa, versátil, sencilla... y compleja.

Londres es «underground»

La ciudad fue fundada por romanos hace casi dos milenios –Londinium–, aunque existen indicios de que estuvo habitada en la Prehistoria. Entre algunos de los vestigios de ese periodo se han hallado restos de un antiguo puente que atravesaba el río Támesis durante la Edad de Piedra. Hoy en día unos cuarenta puentes unen el norte y el sur de Londres.

Su evolución urbana ha estado marcada por sucesos y personas que han hecho de Londres uno de los destinos de viaje en los que se descubre que la diversidad es enriquecedora. Según palabras del poeta Samuel Johnson:

«No encuentras a nadie, sobre todo ningún intelectual, que esté dispuesto a abandonar Londres. No, señor, cuando un hombre está cansado de Londres, está cansado de la vida.»

El británico hizo esta declaración en el siglo XVIII, una época en que las cafeterías de la ciudad se habían convertido en puntos de encuentro dondese debatían y nacían ideas. La aparición de la imprenta, junto con la alfabetización generalizada, difundía nuevos pensamientos dotándolos de fuerza. Londres bullía, frenética, en un crecimiento ya vinculado a su «esencia»: underground.

... Asolada por diversas epidemias, arrasada por El Gran Incendio, destruida en la Segunda Guerra Mundial y, en un tiempo, ciudad más poblada del planeta, potencia económica mundial, anfitriona del poeta Willian Shakespeare... Por todo lo sucedido en ella, origen de movimientos alternativos e inquietudes que cuestionan y crean.

Algunos símbolos de Londres

El río Támesis atraviesa la ciudad dividiéndola en distritos, que a su vez se dividen en barrios y avenidas. Algunos de ellos son mundialmente conocidos por los monumentos que albergan: la City of London, en ella se encuentra el espectacular puente conocido como Tower Bridge –en cuya web oficial se publican los horarios en los que se eleva para dar paso al trafico fluvial–; St James`s, que comienza en la famosa plaza Piccadilly Circus, donde Anteros, hermano del dios Eros, corona la popular fuente y protege una leyenda; o Westminster, allí el Big-Ben en actual silencio –por su reforma– parece que el tiempo detenga...

Más emblemas de la capital: el London Eye, la catedral de San Pablo, parques urbanos, museos... Incluso las cabinas de teléfono rojas. La urbe entera es un icono de sí misma, de lo que representa, de lo que en ella se respira: el movimiento imparable de la vida.

... Y en esa «tormenta» interior que Londres provoca sucede que lugares como East End, con sus callejuelas laberínticas, aceleran el pulso al pensar en Jack el Destripador y sus víctimas... Incluso se desdibuja la delgada línea de realidad y literatura evocando a Sherlock Holmes y sus pesquisas.

Pero no es que la urbe confunda, tan solo despierta dudas y, con ellas, se abren alternativas.

Dejarse llevar...

En Londres, las escasas horas de luz confunden a la noche, y esta, muy temprano, expulsa al día. Jamás en ningún viaje existe una rutina, lo mejor es «entregarse» a la libertad que proporciona la vida. Permitir que el «destino» envuelva y todo lo decida.

Arropada por el frío, camino bajo una fina lluvia, cruzo puentes, contemplo la arquitectura... A cada paso la humedad de Londres señala que es una isla... Observo su tráfico por la izquierda, no es habitual y me recuerda a otros países, otras aventuras –India, Malta–... Su brisa transporta aromas y música; se percibe vida.

El metro, el más antiguo del mundo –1863–, permite recorrer fácilmente la ciudad circulando de forma subterránea y externa. En cada una de sus estaciones aparece el logotipo –la redondela– que ha pasado a ser otro de los símbolos de Londres. Al verlo, una y otra vez es inevitable una pregunta, ¿porqué la palabra underground es capaz de hacer «vibrar»?

Aunque en 1908, el metro fue bautizado como The Underground –dando popularidad a la expresión–, no fue hasta el año 1953 que el término se aplicó por primera vez como adjetivo. Describía algo alternativo que difiere de lo conocido, que lanza al vacío. «Algo» con capacidad para hacer cambiar.

Es por ello, que mi primer paseo en Londres, tras haberla «sentido», es Notting Hill, un barrio que evoca libros, cuento de hadas, películas de un amor casual...

Me pierdo en sus calles y en el mercado Portobello me abandono al placer de viajar: dejarse llevar. Fascina el olor a comida, el ruido de lo antiguo y sus colores únicos.

Finalmente encuentro The Notting Hill Bookshop, una de las librerías más famosas del mundo. En ella se inspiró la historia de un librero –Hugh Grant– que se enamora perdidamente de una actriz –Julia Roberts–. Lo que pocos saben, es que sus estantes están repletos de libros de viajes, biografías de exploradores y guías de los cinco continentes. Es, en Europa, una de las más completas donde encontrar contenidos de viaje: The Travel Bookshop. Y allí, en uno de sus volúmenes: la historia del Londres más verdadero y profundo.