Famosos
Emilia Clarke revela presiones para rodar escenas de sexo
Las nuevas confesiones de la actriz no dejan a nadie indiferente
Emilia Clarke se ha convertido en toda una estrella de Hollywood; ahora es un icono de la moda, forma parte de las alfombras rojas más prestigiosas, cuenta con un buen número de premios bajo el brazo y escoge las películas en las que desea participar. Pero sus inicios no fueron tan sencillos, tal y como ha contado la actriz. En más de una ocasión ya ha hablado sobre la presión a la que se vio sometida durante el rodaje de las primeras temporadas de Juego de Tronos, especialmente en lo referente a las escenas de desnudos.
Para la actriz fue un alivio cuando tuvo el poder suficiente dentro de la producción para terminar con esas incómodas escenas que tanto le hacían sufrir. Pero, la primera temporada fue especialmente difícil y Emilia ha hecho una nueva confesión sobre esa etapa que no va a dejar indiferente a nadie. Durante su aparición en el podcast 'Armchair Expert' Clarke ha hablado de su larga y dura pelea con los productores: "Tuve varias discusiones. Por ejemplo, les decía que la sábana no me cubría todo el cuerpo y ellos contestaban: 'No querrás decepcionar a tus seguidores de Juego de Tronos".
Por esos entonces, Emilia tan solo tenía 23 años, era considerada una actriz inexperta dentro del mundillo de la actuación y sus miedos y dudas respecto a poder perder el papel le hicieron aceptar las órdenes y desnudarse en el plató: "Acepté el trabajo y después ellos me mandaron los guiones. Al leerlos fue como: 'Oh, aquí está la trampa. Acababa de salir de la escuela de teatro y lo asumí como un trabajo. Si estaba en el guion, entonces era claramente necesario", continúa diciendo.
Y así, la joven actriz se desnudó prácticamente en todos los capítulos de la primera temporada y en muchos de la segunda y la tercera, hasta que poco a poco sus quejas fueron viéndose recompensadas y sus escenas de desnudos se eliminaron casi al completo, mostrando la actriz solo su cuerpo cuando era estrictamente necesario y estaba conforme con ello.
"Me sentía como que flotaba en la primera temporada. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo. (...) No sabía qué debía hacer. Desconocía qué se esperaba de mí", continúa diciendo. Clarke ya contó en una ocasión que bebía grandes cantidades de alcohol para perder la vergüenza e incluso que pasó por duros problemas de salud debido al estrés que le producía estar a las alturas de las expectativas, pero su nueva confesión es igual de dolorosa: "Si algo me hacía sentir mal, me iba al baño a llorar y después volvía para hacer la escena", explica.
Pero, por muy duro que fue la experiencia, Emilia admite que la volvería a repetir por un motivo principal: ahora conoce sus límites, conoce su cuerpo y sabe con qué tipo de escenas se siente cómoda y con cuales no. Eso ha permitido que la actriz tenga el completo control de la situación y sepa cuando negarse. Además, Clarke ha confesado quién fue su gran apoyo durante la dura primera temporada: Jason Momoa. "Definitivamente fue difícil, pero las escenas con Jason fueron maravillosas, porque él decía 'no cariño, esto no está bien'. Así que, él cuidó de mí, en un ambiente en el que nunca pensé que iba a necesitar que alguien lo hiciese", finaliza la actriz. Una época que quedará siempre grabada en su recuerdo, pero que ha sabido manejar y convertir hasta aceptarla como una parte más de su vida.
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