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Oh, qué ideales son: los Iglesias se reparten las tareas de la casa

Irene y Pablo
Irene y PabloEmilio NaranjoAgencia EFE

Somos el asombro de Europa por nuestra paradoja: considerados feroces cainitas, registramos el mayor número de contagios por estar todos unidos, juntos y abrazados en el cumpleaños del nene y de la nena, en la boda de la prima Natalia y en el botellón organizado por Alex. Nada de distancia social ni de trincheras: nos queremos una barbaridad. El coronavirus es Cupido para nosotros. «El origen de los rebrotes está en la carencia de responsabilidad social», ha dicho Juan José Badiola, catedrático y científico. Pero no pasa nada. La alarma es cosa de la tele y la vacuna está al caer, dicen los disfrutones. No, lo nuestro no es suicida: si quieres jugar a la ruleta rusa, acepta una invitación de Putin a tomar el té en el Kremlin. Eso sí que es peligroso, tío. No confundas.

En la República Dominicana, quizá pensando en la visita del Emérito, han nombrado a una miss portavoz del gobierno. No se sabe si vocaliza bien ni tampoco qué dice: todos están pendientes del escote. Gran maniobra política. Generalmente, los portavoces mueven los labios mientras habla el ventrílocuo. A Cayetana la botaron porque no quería ser Doña Rogelia. Un portavoz jamás pone los puntos sobre las íes: ahorra tinta al partido. Es una conveniente mezcla de ambigüedad y vaselina. Desconozco cómo será Cuca Gamarra, pero debuta pidiendo una comisión de investigación sobre las cuentas de Podemos, me imagino que para encontrarles la Neurona. Difícil, aunque parece que sólo tienen una. Cuentan que los ingresos del partido se desploman y entra en pérdidas, o sea, como un bingo, una discoteca o un puticlub, como el Ibex mismo. Gamarra quiere «que se retrate Sánchez». Muy bien: después de sus vacaciones más largas, saldrá moreno. El otro portavoz, el nacional,

Martínez-Almeida, aclara que en el PP «tenemos libertad para decir lo que queremos, pero somos conscientes de que formamos parte de un equipo». En cristiano: puedes elegir del menú espaguetis o coliflor, carne o pescado, caña o vino. Y eso es todo. Mientras, Irene Montero confiesa que «Pablo asume una parte de las tareas de la casa, como yo las mías». No explica las tareas de Pablo. ¿Es el vigilante de los escraches o se encarga del mantenimiento de los móviles de la familia y el servicio?