Tradición
Granada celebra la Toma de la ciudad a puerta casi cerrada y sin tremolación
La pandemia ha reducido la celebración de La Toma de Granada, tradición que este año ha recordado el 528 aniversario de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos sin concentraciones en la Plaza del Carmen, sin tremolar el pendón y sin el repetido intercambio anual de insultos entre bandos. La céntrica plaza del Ayuntamiento, que cada 2 de enero se ha convertido en el escenario del enfrentamiento entre partidarios y detractores de La Toma, ha aparecido este sábado vigilada por agentes policiales para evitar concentraciones prohibidas por el impacto de la pandemia.
Después de décadas, la estampa de bandos aferrados a banderas de España, de Andalucía y de Granada y separados por subgrupos encargados de intercambiar lemas e insultos, ha dejado paso a una plaza casi vacía gracias también a las bajas temperaturas de una capital en alerta por nieve. El Ayuntamiento de Granada ha reducido este año la festividad al interior de la Capilla Real y la Catedral, dos espacios que además han tenido aforos limitados por las restricciones propias de la crisis sanitaria. No ha habido en 2021 desfile de La Legión y se ha suprimido la tradicional tremolación del estandarte real desde el balcón de la casa consistorial de la céntrica plaza del Carmen, donde cada año se reúnen miles de personas para gritar vivas a Granada.
Cerca del mediodía, el alcalde de Granada, Luis Salvador, junto a la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López, han protagonizado una discreta comitiva que se ha trasladado desde un lateral del consistorio hasta la Capilla Real, a que el Estandarte Real que entregó a la ciudad el rey Fernando el Católico ha llegado envuelto, casi camuflado. Tanto en las inmediaciones de la Capilla Real como en el acceso principal de la catedral había más agentes, políticos y periodistas que curiosos, lo que ha permitido que se celebre sin incidentes una Toma descafeinada y casi a puerta cerrada.
La comitiva de autoridades ha participado en una misa sin el arzobispo de Granada, Javier Martínez, que se ha ausentado por motivos de salud ya que el efecto secundario de un antibiótico la he mantenido dos días ingresado en el hospital Virgen de las Nieves. El alcalde de Granada, Luis Salvador, ha explicado en declaraciones remitidas a los medios que la pandemia ha forzado la celebración de un acto de La Toma “distinto” pero “con el mismo tipo de sentimiento y con el mismo tipo de cariño y de valoración histórica”. Ha deseado además que la vacuna permita que el próximo año esta tradición centenaria vuelva a celebrarse “con muchísimos granadinos en la calle”.
Solo tras concluir los actos oficiales para conmemorar La Toma, una decena de personas se ha concentrado en la Plaza del Carmen con banderas, sin que se hayan generado incidentes.
De manera paralela, la Plataforma Granada Abierta ha celebrado un acto alternativo para exigir una vez más que La Toma, que consideran racista y xenófoba, deje de celebrarse para conmemorar el 26 de mayo el día de Mariana Pineda.
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