"El bloc"

Agotar la legislatura. O no

“Dependerá sólo de la conveniencia de los actuantes y es consciente, en este punto, el PP andaluz de que más le vale ser Díaz Ayuso que López Miras”

El presidente de la Junta de Andalucía,Juanma Moreno, y la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas
El presidente de la Junta de Andalucía,Juanma Moreno, y la presidenta de Ciudadanos, Inés ArrimadasJulio MuñozEFE

Juanma Moreno e Inés Arrimadas se reunieron en enero en San Telmo y hablaron por teléfono mediada esta semana para prometerse amor eterno, que en política significa muy concretamente «hasta que acabe la legislatura». En las parejas, estas protestas de fidelidad incorruptible se corresponden con la balompédica ratificación del entrenador en su cargo y su valor equivale exactamente a cero. «Este torneo lo puede ganar un español… o en caso contrario lo ganará un extranjero», espetó José Luis Coll en su estreno como comentarista de billar en Televisión Española. Por idéntica regla de tres, el ejecutivo regional gobernará hasta finales de 2022… o terminará antes su mandato. Quién sabe. Dependerá sólo de la conveniencia de los actuantes y es consciente, en este punto, el PP andaluz de que más le vale ser Díaz Ayuso que López Miras, es decir, mejor ser proactivo para arriesgarse en las urnas como la madrileña que pasivo para esperar el árnica de sus socios como el murciano. Porque, seamos claro, a Juan Marín le faltan arrestos –y vive la mar de a gusto vicepresidiendo con el pantagruélico presupuesto de turismo a su disposición– para romper la baraja pero, ¿quién dice que los demóscopos bendodianos no manejen encuestas que auguren pillar al PSOE sin candidato/a, a la izquierda extrema desgarrada por sus luchas intestinas y a Ciudadanos al borde de la muerte por la inanición? Cuando el presidente autonómico ensalza el «oasis de estabilidad» que es Andalucía, detrás de su autosatisfacción se perciben los cuernecillos del diablo tentándolo con una mayoría más holgada y unos aliados menos veleidosos. Todos los gobiernos regionales –gallego, vasco, catalán– han reforzado su posición en recientes elecciones. El botón nuclear reventaría… a la oposición.