Mesa Redonda Igualdad
Las nuevas tecnologías marcan el futuro del modelo de dependencia
LA RAZÓN reúne a la Consejería de Igualdad, expertos y entidades sociales para abordar los retos a los que se enfrenta la región en el ámbito del cuidado y bienestar de las personas dependientes
La apuesta por el cambio en el modelo de atención a la dependencia centra el debate de las instituciones públicas, las entidades sociales y el conjunto de la ciudadanía. Si en los años noventa la prioridad se centraba en la construcción de centros residenciales, actualmente se buscan alternativas focalizadas en cubrir las necesidades y deseos de las personas a través del uso de las nuevas tecnologías y un sistema más humanizado. Garantizar el bienestar de las personas sin que abandonen sus hogares y sus entornos de proximidad, aplicar medidas de prevención y aumentar los recursos, a través de los servicios públicos y la digitalización, son las claves que abordan los distintos agentes de la sociedad para impulsar uncambio de tendencia en Andalucía.
Bajo estas premisas, el 15 de junio tuvo lugar en el restaurante Abades Triana de Sevilla la mesa redonda organizada por LA RAZÓN «Atención a la dependencia: hacía un modelo centrado en la persona». En el encuentro se llevó a cabo la puesta en común de ideas, teniendo como ejes centrales el modelo de gestión actual y la necesidad de cambio. Al acto, moderado por la jefa de sección en Andalucía, la periodista Marta Maldonado, acudieron Víctor Bellido, director de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de la Junta de Andalucía; Yolanda de la Fuente, catedrática de Trabajo Social de la Universidad de Jaén; Juan Antonio González, director técnico de la Fundación Futuro Singular de Plena Inclusión; y Martín Durán, presidente de la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM).
En este contexto, Bellido abrió el debate explicando que «la pandemia ha acentuado el cambio» de un modelo que arrastraba «ciertas tensiones» en cuanto a su diseño, centrado «en el ámbito residencial y en la prestación del servicio fuera del entorno de la persona». Por su parte, de la Fuente insistió en que la clave se encuentra en la prevención y destacó que «el primer plan estratégico integral para las personas mayores en Andalucía parte de buscar soluciones para personas a partir de los 55 años», como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, hizo hincapié en la aplicación de las nuevas tecnologías como «la domótica, la teleasistencia y la telemedicina» para promover la «autonomía de las personas» el mayor tiempo posible. A este respecto, González consideró que «los modelos son muy estáticos a la hora de generar cambios», defendió un modelo «de enfoque social» en el que deben de dejar de tener tanta relevancia los perfiles sanitarios y explicó que desde su entidad se promueve «un marco ecológico» para que las personas con discapacidad se desarrollen «en sus contextos naturales con todos los apoyos necesarios». Durán afirmó que las residencias «no pueden ser centros hospitalarios» y, aunque defendió los nuevos modelos, opinó que «existen residencias y estructuras que no se pueden desdeñar para construir desde cero». Además, insistió en que «las residencias no pueden ser un lugar donde se aparque a las personas» y quiso poner en el foco en la necesidad de aumentar la dotación por parte de los gobiernos y en la homogenización del sistema. Para el presidente de FOAM, las autonomías tienen que actuar por igual en materia de dependencia. A este respecto, el director de la Agencia de Servicios Sociales explicó que «la dependencia es un fenómeno de alcance global con soluciones locales» y que hablar de homogenización en España es «complicado» porque hasta en Andalucía «existen muchas realidades» dentro del mismo territorio.
Por otro lado, todos los ponentes se mostraron de acuerdo respecto a la implantación de las nuevas tecnologías como el big data, la teleasistancia o la domótica para mejorar la calidad de vida de las personas dependientes. Para la catedrática de Trabajo Social de la Universidad de Jaén «no hay que tener miedo a la digitalización porque las tecnologías facilitan la vida de las personas y generan igualdad», sobre todo para aquellos individuos que viven «en zonas muy envejecidas» de la región y necesitan que todos los recursos lleguen de forma automática. Por su parte, Bellido resaltó que desde que se inició la nueva legislatura se «ha alcanzado una cifra histórica de beneficiarios en materia de dependencias, con más de 230.000 andaluces atendidos» y que Andalucía cuenta con una ventaja competitiva «muy importante» respecto a otras comunidades en el ámbito de la teleasistencia y la domótica. En este sentido, todos los ponentes opinaron que la digitalización también es un elemento esencial para no desplazar a las personas de los entornos en los que han vivido y, en el ámbito de la administración, para minimizar el tiempo de espera en las solicitudes. Por su parte, Durán opinó que «no es de recibo» que en Andalucía «una solicitud se resuelva en 719 días» e insistió en que, según las indicaciones de la OMS, en la región existe «undéficit de 25.000 plazas» en residencias de mayores. Bellido respondió que la Junta de Andalucía trabaja para minimizar los tiempos de espera y que por primera vez «se ha elaborado un mapa de recursos» para detectar las necesidades de los distintos colectivos en materia de discapacidad y mayores en el territorio andaluz. También mencionó la puesta en marcha de un plan de choque en el ámbito de la Administración General del Estado en el que, según aseveró, las administraciones se comprometen a unificar criterios para mejorar el tiempo en las listas de espera.
Durante el acto, los invitados coincidieron en la idea de que todos los agentes de la sociedad deben involucrarse en mejorar la vida de las personas dependientes. A este respecto, Durán opinó que el futuro «no solo se puede dejar en manos de la administración». Por otro lado, aseguró que desde el año 2017, de todas las prestaciones, «solo ha aumentado la ayuda a domicilio en un 10,84 por ciento». De la Fuente consideró el dato de forma positiva y estimó que «el deseo continuo de quedarse en el domicilio parece que se va cubriendo en detrimento pequeño del resto» de las prestaciones. Igualmente, puntualizó que se está produciendo un cambio de mentalidad y que, cada vez más, las personas mayores «están perdiendo el miedo a los servicios sociales». Desde otra perspectiva, González se mostró de acuerdo con los otros ponentes y puso el foco en que «hay que trabajar con niños sin discapacidad en el ámbito de la educación inclusiva» para generar un cambio cultural que repercuta en el futuro.
Así las cosas, la confección de planes a nivel a nacional y autonómico para mejorar la vida de las personas dependientes se hace fundamental para impulsar un cambio de modelo. De la Fuente advirtió de la necesidad de buscar la unidad a través de «una estrategia española» que ayude a prevenir situaciones de marginación y aislamiento. Igualmente, propuso una «ley general de servicios sociales» para que el «código postal no marque diferencias» entre las personas que necesitan ayuda. Por último, quiso buscar el lado positivo de la pandemia y garantizó que esta situación «ha situado al ámbito social en el centro del foco» e insistió en la importancia de eliminar la burocracia. Por su parte, Bellido reflexionó sobre todos los temas que se abordaron en la mesa redonda y señaló que el primer paso para transformar el modelo es «conocer la realidad y analizarla», con el objetivo de cambiar la normativa, mejorar el sistema de acreditación y poner el foco en las necesidades individuales de la persona. «Los datos demuestran que si invertimos, tenemos grandes beneficios”, sentenció. González exigió que se revisen los planes de contingencia en las residencias «porque ya no estamos en la misma situación que hace un año» y las personas mayores «necesitan volver a recuperar la normalidad». Por último, Durán insistió en la importancia de «eliminar barreras a nivel nacional» para que todas las personas reciban la atención que necesitan «en el menor tiempo posible» y establecer unos indicadores a partir de un estudio «profundo» de la realidad para saber el camino que hay que seguir.
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