Política

La negociación de las cuentas andaluzas encalla por la rebaja fiscal y la oposición interna a Espadas

El presidente andaluz anuncia otra reducción de impuestos y el líder del PSOE-A señala que «como mínimo la cambiaría» al tiempo que defiende ante sus críticos la «legitimidad» de su estrategia negociadora

El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas (i), durante la rueda de prensa tras la reunión en la sede regional con Salvador Illa. EFE/ Raúl Caro.
El secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas (i), durante la rueda de prensa tras la reunión en la sede regional con Salvador Illa. EFE/ Raúl Caro.Raúl CaroEFE

La negociación entre el Gobierno andaluz, conformado por PP y Cs, y el principal partido de la oposición, el PSOE-A, de cara a los Presupuestos de 2022, a pesar de la voluntad inicial de entendimiento ratificada por el presidente andaluz, Juanma Moreno, y el líder de los socialistas en Andalucía, Juan Espadas, tiene ya visos de encallar. Los motivos son diversos, tanto en clave de política orgánica de los partidos como de principios ideológicos. De un lado, desde el propio PSOE-A, una facción aboga por consultar a la militancia sobre el posible acuerdo. De otro, los últimos anuncios en materia de rebaja fiscal –el de transmisiones será el tercero más bajo de España– por parte de la Junta, en contraposición con la política del Gobierno central de subirlos, choca de lleno con la postura del PSOE. Se une un tercer elemento, tanto desde Ferraz como desde Génova se ve con desconfianza un posible pacto andaluz PP-PSOE que descoloque el posicionamiento de enfrentamiento de bloques que impera allende Despeñaperros.

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas –que se reunió con el secretario de Organización del PSC, Salvador Illa– defendió su «estilo» y su estrategia de oposición «sin acritud pero con contundencia» y añadió que tiene «toda la legitimidad» para plantear la negociación de los Presupuestos. Un sector del PSOE-A ya se ha manifestado en contra de un acuerdo con el PP y ha pedido que se dé voz a la militancia. En concreto, Luis Ángel Hierro, que se presentó a las primarias, abandera esta postura y habla de un «error histórico» por «tacticismo cortoplacista». Espadas recordó que «el 7% de la militancia que apoyó a este señor seguramente es menos que el 55%» que obtuvo el todavía alcalde de Sevilla –a quien, por cierto, el próximo candidato del PP, José Luis Sanz, acusó de dar «la espantada»–. Espadas reclamó «lealtad, trabajo y algún que otro tuit menos». El secretario general del PSOE-A insistió en que la negociación «no se ha iniciado» y recordó que en septiembre se reunió con los secretarios provinciales para trasladar su estrategia de oposición y ante los Presupuestos. Espadas señaló que el PSOE-A tiene «canales suficientes para ver el respaldo que tendría esa posibilidad de acuerdo». «Esto no va de pedir autorización ni tutela de nadie» sino de «explorar esa posibilidad». Espadas e Illa compartieron la necesidad de abrirse a pactar los Presupuestos, como ya defendió también el presidente de la Comunitat Valencia, Ximo Puig –quien además mantiene una «alianza» para cambiar el reparto de fondos autonómicos con Moreno–, cuando visitó la sede socialista de San Vicente. Espadas subrayó que «no hay cheques en blanco» sino que está «tendiendo la mano» a negociar con PP y Cs si las cuentas tienen «al menos las cuestiones imprescindibles» en sanidad, educación, servicios sociales, financiación municipal, empleo o jóvenes. Un «acuerdo de mínimos» más allá de Vox, defiende Espadas, quien necesitará de cara a su militancia logros concretos para salvar un hipotético apoyo y, por otro lado, necesita ganar tiempo para afianzarse antes de unas elecciones que si son anticipadas pillarían al nuevo líder del PSOE-A en barbecho. Los otros grupos de izquierda –Unidas Podemos, Adelante y Más País– están también en contra de pactar con el Gobierno andaluz. Espadas se mostró en contra de la «mini rebaja fiscal» para «los que más tienen» anunciada por Moreno y avanzó que si es presidente de la Junta «como mínimo la cambiaría». Espadas llegó a hablar de una reforma fiscal «de la señorita Pepis, si me lo permiten».

El presidente de la Junta, por contra, desde Marbella –donde recibió un premio de una revista inmobiliaria y donde la alcaldesa señaló que no gravará las segundas residencias vacías–, abogó por «reformas de calado» para bajar los impuestos y reducir los trámites. Moreno, a la rebaja para familiares del impuesto de sucesiones ya anunciada, habló de la bajada del impuestos de transmisiones patrimoniales o la mejora de la tarifa «al unificar el tipo de gravamen general» para hacer de la tasa «una de las más bajas de España», sólo por detrás de Canarias y Madrid. Moreno, en relación a la ley de vivienda, destacó que el Gobierno de Pedro Sánchez actúa «desde la imposición y el intervencionismo». Así las cosas, del idilio inicial parece que los puentes se van rompiendo. Entretanto, el portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, señaló que espera el apoyo de Vox pero pide «ir más allá» y que «se sume todo el mundo». Juanma Moreno aseguró que espera la aprobación del Presupuesto de 2022, que será el «más expansivo en términos económicos de la historia». La incógnita sigue siendo con quién se pactará.

Marín y “el chantaje” de Espadas

El vicepresidente de la Junta de Andalucía y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, Juan Marín, destacó que «este Gobierno no se va someter ni al chantaje del señor Espadas ni del Partido Socialista ni de ninguna otra fuerza a la hora de aprobar el Presupuesto» de 2022. Marín situó la actitud del PSOE ante la votación el miércoles en el Parlamento de la Proposición de Ley de Tributos Cedidos como la prueba del algodón, tras esgrimir que ha presentado una enmienda de totalidad, lo que supone su rechazo y devolución del texto al Consejo de Gobierno. «Si vota en contra, es que no está de acuerdo con los Presupuestos, si mantiene la enmienda a la totalidad es que no está en la línea de colaboración», dijo.