Invasión de Ucrania

Pintan esvásticas nazis y “Z” del ejército ruso en la Casa Rusia de Marbella

Se trata de un centro de servicios para el pueblo ruso en la localidad malagueña

Comisaría de Policía Nacional en Marbella. POLICÍA NACIONAL
Comisaría de Policía Nacional en Marbella. POLICÍA NACIONALPOLICÍA NACIONALPOLICÍA NACIONAL

El centro de servicios para el pueblo ruso en la localidad malagueña de Marbella, Casa Rusia, ha sido objeto este domingo de actos vandálicos con pintadas de varias esvásticas nazis en su fachada y varias letras “Z” con las que se distingue a las tropas rusas que invaden Ucrania.

Junto al cartel donde reza el nombre del recinto, en español y en ruso, así como en los cristales de la puerta principal habían escrito la palabra Rusia y la “s” del texto había sido sustituida por el característico símbolo nazi.

También apareció en las paredes y columnas de este edificio de negocios, que abrió sus puertas en 2014, varias «Z», letra con la actualmente se distingue a los efectivos del ejército ruso que participan en la invasión de Ucrania.

Las asociaciones rusas en la Costa del Sol no han querido pronunciarse sobre este incidente, pero en los días posteriores al inicio de la invasión una miembro de la Junta Directiva de la Unión de Organizaciones de Compatriotas Rusos en España y Andorra, Irina Chistyakova, denunció a EFE “la persecución de los rusos”.

Chistyakova aseguró que esta creciente hostilidad hacia la comunidad rusa “no sólo en España sino en todos los países de Europa” se había visto reflejada en mensajes amenazadores por teléfono, notas en los parabrisas de los coches e, incluso, ruedas pinchadas.

La representante del colectivo alertó desde Marbella -donde actualmente hay empadronados más de 2.800 ciudadanos rusos- de la existencia de “llamamientos en internet para ir a quemar las casas de los rusos y ocuparlas o destrozar los escaparates de negocios de ciudadanos rusos”.

Muchos de residentes rusos en España temen por su integridad física y la de sus hijos por lo que prefieren no dar la cara y apelan, como ya lo hicieran en una misiva dirigida a los colegios tras el comienzo de la invasión, a la colaboración de la comunidad educativa para dejar el conflicto fuera de las aulas.