XII legislatura
De la alfombra roja a la cruda realidad de gobernar
El presidente regresa este domingo a San Telmo para dar «las últimas pinceladas» al nuevo equipo de Gobierno. No habrá vacaciones en agosto, «el lunes empiezan los problemas»
La alfombra roja en el Paseo de Roma que recibía a los 600 invitados apenas tenía veinte metros. Un recorrido corto, como la duración del acto de toma de posesión de Juanma Moreno. Sin restar boato, los tiempos estaban medidos porque en Sevilla, un 23 de julio y a más de 30ºC a las diez de la mañana, estar en la calle ya es meritorio pero hacerlo al sol, que solo minutos más tarde ya empezaba a dar de frente a los pocos curiosos que se arremolinaron a los exteriores de San Telmo, resulta incluso peligroso para la salud.
El cartel estaba anunciado. Rajoy, Feijóo, Ayuso, Rueda, Mañueco, López Mir, la que fuera su valedora en el partido Soraya Sáenz de Santamaría... hasta Susana Díaz, de «rojo PSOE», hicieron un paseíllo, al que no faltó un torero de verdad, Curro Romero, y otro que lo fue en los campos de fútbol, Rafael Gordillo. Sí se ausentaron, en cambio, las portavoces de Adelante Andalucía y Por Andalucía, Teresa Rodríguez e Inma Nieto, respectivamente.
GRACIAS A LA FAMILIA
El día más « especial» de Juanma se redujo a horas en un desayuno de sábado. Acompañado de su mujer y de sus tres hijos –a los que «nunca había visto tan peinados», según dijo el mismo–, fue recibido por el presidente del Parlamento y el ministro de Agricultura, máximo representante presente del Gobierno de España. En sus intervenciones ambos se ciñeron al protocolo institucional; no así Juanma, un presidente a pie de calle que se permitió alguna licencia en aquello que bien conoce –es graduado y máster en protocolo y organización de eventos– para incluso tutear al dirigirse a algunos de los asistentes. Hay políticos que no admiten que se les llame por su nombre –consejero, consejera, ‘vice’ o incluso, director–, pero el presidente es para la mayoría de quienes lo conocen «Juanma». Quizá no parezca mucho, pero sí es un detalle de quien dijo querer seguir haciendo « kilómetros para estar cerca de los andaluces».
Por una vez, era el día, se detuvo en agradecer el apoyo de su familia, empezando por su mujer, de quien recibe a veces la crítica «más dura e implacable», y sus hijos, y siguiendo por su madre y hermanas. Se emocionó al recordar a su padre y no olvidó el «cariño» de su familia política. Con un « ¡Andalucía, te quiero!», cerró una intervención en la que dijo que Andalucía «comienza un nuevo tiempo, un tiempo de ambiciones renovadas, que afronto con responsabilidad e ilusión y siempre al servicio de los andaluces. Os invito a perseguir juntos nuevos horizontes de progreso y bienestar para nuestra tierra y a soñar tan alto como podamos imaginar». Y reivindicó un «nuevo andalucismo orgulloso» que apuesta por hacer las cosas «a nuestra manera, con nuestra forma de vivir y de sentir».
Tras los himnos interpretados por alumnos de la Academia de Estudios Orquestales Barenboim-Said, un desayuno aguardaba a los presentes, donde la tostada de jamón ibérico y aceite de oliva virgen extra -catering de una empresa de El Viso del Alcor– fueron los productos estrella.
Mientras en la explanada de San Telmo los focos se dirigían a los grandes líderes políticos, la sonrisa inicial escondía tensión en los rostros de segunda línea. Consejeros, consejeras, viceconsejeros, secretarios generales, directores y hasta asesores aguardan expectantes «la decisión final de Juanma» -presentes y no presentes-. Entre el hermetismo del presidente, la absoluta lealtad de su círculo más íntimo de poder y la decisión que hace solo unos días cogió por sorpresa a todos de dar la presidencia del Parlamento a Jesús Aguirre, al que todos seguían viendo en Salud, nadie tiene certeza alguna salvo que la revolución va a ser llamativa. «Os queda un cuarto de hora», dijo de forma jocosa desde el propio atril, en referencia a los que aún son sus consejeros. Las miradas entre quienes ocupaban las sillas fueron inevitables.
En la tarde de este domingo dará las «últimas pinceladas» a la composición del nuevo Gobierno que se comunicará el lunes. El martes ya habrá Consejo de Gobierno y habrá poco tiempo de vacaciones porque «vamos a estar todo agosto trabajando». Andalucía no puede dejar de funcionar ni un día para «amortiguar» los golpes que producirán la inflación y la inestabilidad de Europa.
MAÑANA, TODOS CESADOS
El lunes se publica el cese de todos los altos cargos en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) y Moreno comunicará quiénes conforman el nuevo Consejo de Gobierno. «El lunes empiezan los problemas, las seriedades, los contratiempos», sentenció.
Y el jueves, reunión en Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Moreno dijo ayer en una entrevista en Canal Sur Televisión desde San Telmo. El presidente acudirá con la «máxima lealtad institucional, corrección y educación» pero aseguró que será «reivindicativo» en materias como la financiación autonómica. «La comunidad recibe alrededor de 1.200 millones de euros menos al año de los que nos corresponde a los andaluces y con los que se pueden hacer más sanidad, más educación y más políticas de empleo», aseguró.
No obstante, indicó que centrará «sobre todo» las reivindicaciones en «los problemas muy serios que tenemos en materia de agua», en los que ha garantizado que «la Junta va a hacer todo lo que está en su mano, con 1.500 millones de euros en ejecución».
Andalucía «necesita alrededor de 8.000 millones para hacer toda la política hídrica para que nuestra agricultura, nuestra ganadería, nuestro sector turístico y nuestra industria pueda funcionar y es el mayor de los retos que tenemos por delante». Por este motivo, Moreno pedirá «un esfuerzo» a Sánchez para que parte de los fondos Next Generation «los podamos dedicar a desaladoras, presas, tuberías, canalizaciones, mejoras, saneamientos, en definitiva a toda la política hídrica». El nuevo consejero en la materia ya tiene faena.
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