Música

Del Albaicín a Chipiona: Andalucía se canta a sí misma en los Latin Grammy

La Academia Latina de la Grabación rinde tributo en Sevilla a los cuatro evangelistas del cante y la canción andaluza: Enrique Morente, Camarón de la Isla, Lola Flores y Rocío Jurado

El cantante Manuel Carrasco
El cantante Manuel CarrascoLa RazónLa Razón

La Academia Latina de la Grabación convirtió anoche el Cartuja Center en una catedral sonora. Bajo el título Latin Grammy Celebra: La Música de Andalucía, la gala rindió tributo a los cuatro evangelistas del cante y la canción andaluza: Enrique Morente, Camarón de la Isla, Lola Flores y Rocío Jurado. Sobre ellos se levantó un mosaico de voces que recorrió siglos de memoria, entre el flamenco, la copla, el rock y la balada.

El primero en ser invocado fue Enrique Morente, santo y seña del flamenco contemporáneo. Su hijo Kiki, acompañado por Lagartija Nick, La Tremendita, Ángeles Toledano y Cañizares, resucitó el espíritu de Omega, esa obra maestra que fundió tradición y vanguardia. El Albaicín entero pareció entrar en la sala, entre arqueología musical y cante de futuro.

Miguel Ríos, durante la gala
Miguel Ríos, durante la galaLa RazónLa Razón

Después llegó el turno de Rocío Jurado. Con Ana Torroja interpretando Como una ola; Juliana estremeció con Hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo, y la joven Judeline se atrevió con un “Lo siento, amor” que encendió la platea. La más grande volvía a serlo.

Camarón fue recordado por Yerai Cortés, que arrancó de su guitarra la Nana del caballo grande como si tuviera tres manos. Arcángel abordó, más que bordar, la soleá, mientras Estopa, con la complicidad de Yerai, hizo fluir Como el agua. Frotaron la lámpara y salió el genio de San Fernando.

Y Lola, la Faraona, volvió a latir en las voces de sus nietas Alba Flores y Elena Furiase, que presentaron el homenaje con la complicidad de la sangre. Pastora Soler la coronó con copla a voz limpia, mientras María Terremoto incendió el escenario por bulerías.

La gala se abrió también a los iconos vivos de la música andaluza. Miguel Ríos volvió a ser eterno con Al-Ándalus y su grito final de “¡Viva Palestina libre!”. Alejandro Sanz recibió los ecos de Camilo, Evaluna, Joaquina y Yami Safdie, que releyeron sus himnos más reconocibles. Joaquín Sabina tuvo en Rozalén y Leiva a sus cómplices perfectos. Y Raphael, Persona del Año 2025, fue celebrado por Vanesa Martín, Rozalén y Ana Torroja con versiones de Como yo te amo y Mi gran noche.

El presente y el porvenir también tuvieron su espacio. David Bisbal recuperó Ave María y Bulería; Vanesa Martín dejó detalles de grandeza; Manuel Carrasco puso patas abajo el teatro con un alegato a los niños palestinos con la voz rota de Manuel Molina; e India Martínez sorprendió con La Saeta, puente entre el flamenco y la Semana Santa sevillana. Niña Pastori, Carmen Linares y Antonio Rey recordaron que el cante jondo sigue siendo patrimonio vivo y universal.

El gran maestro Manuel Alejandro, San Pedro de este evangelio andaluz, tuvo un tributo a la altura de su leyenda. Ara Malikian lo deconstruyó con su violín, Valeria Castro estremeció con Procuro olvidarte, Luis Fonsi revivió Pobre diabloy Jeanette, junto a Aitana, demostró que la que tuvo, retuvo.

Así se cerró una velada coral, con Andalucía reconociéndose en su espejo musical. Una tierra de evangelistas, profetas y discípulos, donde la música andaluza sigue siendo raíz, presente y horizonte.