Polémica

El alcalde de Málaga da el visto bueno a la Torre Chipperfield

Compara el impacto visual que generaría el futuro rascacielos de 144 metros con las grúas del puerto

Vista de la Torre del Puerto desde la playa de La Malagueta
Vista de la Torre del Puerto desde la playa de La MalaguetaLa Razón

La presentación del proyecto de la Torre del Puerto de Málaga, un rascacielos de 144 metros que albergará un hotel de cinco estrellas y sumará a la ciudad «más de 50.000 metros cuadrados de espacios públicos», según indicaron los promotores, dejó este lunes una imagen que no pasó desapercibida: la ausencia del alcalde, Francisco de la Torre.

Su falta llamó la atención porque ha sido uno de los principales defensores de la iniciativa, que tras casi una década de debates sobre su ubicación y con parte de la población y la oposición en el Ayuntamiento en contra, sigue pendiente de la aprobación de Puertos del Estado, así como del Consejo de Ministros.

Sin embargo, este martes, el regidor aclaró que «si a mí no me invitan a un acto, yo no puedo ir». Después, le restó importancia al asunto y explicó que «nada me sorprende y nada me escandaliza, y de nada estoy quejándome, estoy describiendo los hechos, nada más». Según apuntó, entendió que el acto estaba dirigido solo «a los medios» para explicar la propuesta.

«La primera impresión es positiva»

Una vez despejada la cuestión, De la Torre centró su intervención en el fondo del proyecto. Sobre el diseño presentado por los promotores, aseguró que «la primera impresión es positiva». Recordó que «todo proyecto tiene perspectivas de un lado o de otro», pero insistió en que su valoración sigue siendo favorable porque ve «más ventaja que inconvenientes» y, como reiteró y repite desde hace años, «mucho más ventajas que inconvenientes». También justificó la necesidad del hotel porque Málaga necesita «un hotel de tamaño, de calidad y excelencia» y señaló que «no hay tantos sitios para hacerlo en la ciudad».

El alcalde elogió además la integración propuesta por el Premio Pritzker David Chipperfield, el arquitecto que ha diseñado el rascacielos. La solución del corredor verde que conectaría La Farola con el parque y La Malagueta le parece «muy hábil». Sobre el impacto visual, defendió que «siempre va a haber una ocupación del espacio visual, se ponga lo que se ponga», pero que «si ponemos un edificio elegante, bello en sí mismo, es bueno, como añadir un plus a la ciudad». Incluso comparó la futura torre con la maquinaria del puerto al señalar que le parece «más elegante el edificio que las grúas», aunque recordó que «las grúas también tienen que tener su papel».

Los promotores, que presentaron el proyecto como un edificio «sin estridencias», se centraron, más que en el hotel, en el paseo marítimo previsto –un bulevar de 1,3 kilómetros–, las zonas verdes y los nuevos espacios abiertos. Todo ello, fundamental para obtener el «sí» del Gobierno. Su ejecución depende de varios trámites estatales y de recursos judiciales que se resolverán, en el mejor de los casos, a lo largo de 2026.