Día de Andalucía

Contra las «alfombras rojas» a otras regiones

Juanma Moreno defiende la autonomía de Andalucía y en un discurso crítico contra el Gobierno de España avisa que no admite «tutelas»

Foto de familia de los premios entregados en el Teatro de la Maestranza
Foto de familia de los premios entregados en el Teatro de la MaestranzaAgencia EFE

En la Junta de Andalucía existe el convencimiento de que el Gobierno de España está utilizando toda su capacidad normativa para poner trabas al desarrollo económico de la comunidad, especialmente en materia fiscal. Hasta la fecha, la Comunidad de Madrid era la excepción dentro de las comunidades de régimen común, pero el hecho de que Andalucía se sume a un modelo que apueste por impuestos bajos se considera que puede suscitar un desequilibrio entre las autonomías y hacer más evidente la existencia de dos modelos económicos distintos que diferenciarían al PP del PSOE. De ahí, que la reciente aprobación del Impuesto sobre las Grandes Fortunas por parte del Gobierno de España se haya tomado dentro del Gobierno andaluz como un ataque a su autonomía –con recurso al Tribunal Constitucional incluido– y la muestra clara de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez va a estar vigilante a cada medida que se tome desde Andalucía dentro de sus competencias.

En esta misma línea, tampoco ha sentado bien la rápida amenaza de la ministra de Sanidad, Carolina Darias –señaló que «hablarían»–, al conocer que el Gobierno andaluz trabaja en una orden para «actualizar y homogeneizar» los precios que el SAS paga a la sanidad privada por las operaciones, pruebas de diagnóstico y pacientes derivados de centros públicos de Andalucía.

Al margen de que esa sensación existe, en el seno de la Administración andaluza no obvian la cercanía de las elecciones municipales del próximo mes de mayo y que la confrontación y el sentimiento de agravio son cuestiones que funcionan entre el electorado.

En ese contexto, se entiende que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, subiera el tono para defender la autonomía de la región durante el discurso institucional que ofreció con motivo de la entrega de las distinciones con motivo del Día de Andalucía en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.

«La Andalucía actual no acepta tutelas ni injerencias. Los andaluces no aceptamos que se pongan obstáculos en nuestro camino, situándonos en desventaja para competir en igualdad», aseguró el presidente andaluz, que seguidamente remató con una frase que estaba especialmente puesta ahí para que abrochara su discurso: «No es justo que se ataque nuestra autonomía mientras que a otros territorios siempre se les pone una alfombra roja».

La alocución de Moreno estuvo trufada de esa sensación que existe en el seno de su Ejecutivo –opinión real aunque convenientemente amplificada– de que el Gobierno de España legisla sin tener en cuenta la opinión de Andalucía o, directamente, contra sus intereses. Y no solo en el tema fiscal, sino también en otros asuntos como la financiación autonómica, el reparto de fondos europeos y el destino de los mismos, la política hídrica o hasta la ley de universidades.

Así, defendió que su Gobierno tiene el «derecho a buscar las mejores herramientas para el bienestar y el progreso de Andalucía, bajando impuestos, facilitando la creación de empresas, atrayendo inversión, fortaleciendo nuestros sectores económicos y adaptando el tejido productivo a la economía del futuro».

El presidente andaluz cerró su parte más reivindicativa de su discurso advirtiendo de que en Andalucía «actuamos con todos los instrumentos y competencias que tenemos, no renunciamos a ninguna de las posibilidades que nos da nuestro Estatuto de Autonomía, y estamos decididos a defender una Andalucía con capacidad de elegir su futuro dentro del marco de la Constitución española».

Junto a ese malestar por las últimas decisiones del Gobierno de España en contra de las políticas de su Ejecutivo, Moreno también incluyó algunos de los mensajes que viene repitiendo en los últimos meses. Apostó por una «Andalucía líder» cada vez más «atractiva y fiable» porque «no tenemos límites en creer en nosotros mismos, en aportar belleza y hondura al mundo y en sonreír a la vida».

«La marca Andalucía es cada día más amplia, más moderna y atrayente», prosiguió, al tiempo que abogó por huir «de los dogmas» y apostar por la «libertad».

Tampoco rehuyó algunas temas polémicos relacionados con su gestión, especialmente lo que la oposición considera un intento por «privatizar» los servicios públicos. Moreno respondió con datos: «Los andaluces estamos haciendo un esfuerzo sin precedentes y más de la mitad del presupuesto de Andalucía –más de 26.000 millones de euros– se destina a sostener, ampliar y robustecer la sanidad, la educación y las políticas sociales».

Y tuvo un recordatorio para aquellos que sostienen «la columna del bienestar con entrega y vocación de servicio público, nuestros 98.000 docentes, más de 60.000 trabajadores de los servicios sociales y 125.000 profesionales de la sanidad pública. Gracias a todos ellos».

Con respecto a las críticas, apeló «a la política útil de buscar soluciones y mejorar cada día» porque «las críticas nos hacen mejores a todos, pero frente a la exageración que no conduce a nada, abogo por la responsabilidad, la moderación y el respeto».

Por último, también se refirió a un tema de actualidad como la necesidad de reformar la ley del sólo sí es sí, cuestión que el presidente andaluz lleva defendiendo desde hace varias semanas: «Aquí las mujeres reciben amparo legal y comprensión ante la posibilidad de que sus agresores queden en libertad como consecuencia de una ley que está tardando demasiado tiempo en corregirse».