Pesca
Las almadrabas gaditanas se echan a la mar
El litoral de Cádiz asiste al calamento en aguas de Conil, Zahara y Tarifa
Tras semanas de duro trabajo en tierra, donde rederos y el resto del personal de la OPP-51 (Organización de Productores Pesqueros de Almadraba) ha preparado las redes, boyas, anclas y cableado que dan vida a esta milenaria arte de pesca; los motores de las barcazas grises de las almadrabas de Conil de la Frontera, Zahara de los Atunes y Tarifa han vuelto a rugir, poniendo punto y final a un letargo de más de medio año.
Despertar que, con el nombre de calamento (así se denomina el proceso de montaje de la almadraba), supone el regreso a una actividad que, hasta el mes de julio, generará más de medio millar de empleos directos en una zona, la franja litoral de la comarca de La Janda y Tarifa, que, pese a los continuos y duros reveses sufridos por su sector pesquero, aún se juega parte importante de su sustento en la mar.
"Es un momento muy esperado y especial, ya que supone retomar una actividad a la que nuestra familia lleva entregada desde la década de los 70 (años en los que, por el contrario, el Consorcio Nacional Almadrabero, con el poblado de Sancti Petri al frente, escribió sus últimas páginas)", apunta Diego Crespo, presidente de la OPP-51. "A lo largo de estas semanas, conforme nos vayan permitiendo las condiciones meteorológicas, procederemos a ir montando las tres almadrabas, con el objetivo de, sobre finales de abril, poder iniciar el periodo de capturas con las primeras 'levantás'".
Faena que, como bien saben los almadraberos, es de extraordinaria complejidad, ya que supone montar milimétricamente un arte que se fijará al fondo con centenares de anclas (en torno a 500) de un peso aproximado de 300 kilogramos. Anclaje que permitirá armar los muros de redes que, con sus distintos compartimentos, conformarán el laberinto de la almadraba.
A la vista de los excelentes resultados logrados a través del Plan de Recuperación del Thunnus thynhus que la ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) puso en marcha en 2006 (la OPP-51 lo reclamó) y teniendo en cuenta los excelentes balances de las últimas campañas, Diego Crespo no tiene duda alguna de que “será una buena temporada, en la que”, lamenta, “no podremos contar con la cuota deseada”.
Compra de cuota de otras pesquerías
“Muy a nuestro pesar y al sacrificio realizado años atrás, en esta campaña solo contaremos con un diez por ciento más de tonelaje que en 2022 (1.189 frente a 1.068), lo que nos obliga de nuevo a comprar tonelaje en otras pesquerías para buscar el equilibrio económico de la actividad”.
Así, previamente a la captura real de los "gigantes de plata" en los copos de las almadrabas, la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba 51 echa estos días sus redes en otras pesquerías. Organizaciones que, pese a contar con asignación de atún, optan por no pescar y vender el tonelaje de cuota que les ha sido asignado. Hecho que no deja de ser un tanto surrealista, ya que, como defienden los almadraberos gaditanos, grandes sacrificados del Plan de Recuperación y protagonistas de un arte sostenible, la cuota de atún debería recaer sobre quienes de verdad la capturan.
“Ya hemos comprado algún tonelaje en la zona del Mediterráneo y seguimos pendientes de algunos acuerdos más para poder hacer frente a unos gastos que son muy elevados. Se trata de que el negocio de las almadrabas sea sostenible”.
Negocio que, además de los 500 empleos que genera directamente, hace posible la activación de otros 6.800 relacionados con todo aquello que mueve el atún rojo de las almadrabas gaditanas (Zahara de los atunes, Conil de la Frontera, Barbate y Tarifa); caso de la hostelería, ferias y demás eventos en torno a este exquisito manjar.
El mercado nacional y europeo crece
Con el tonelaje final de atún rojo aún pendiente del cierre de acuerdos con otras pesquerías, lo que es indudable es que, una campaña más, el producto de las almadrabas gaditanas contará con una elevada demanda. Peticiones que, año tras año, han ido creciendo tanto en el mercado europeo como en el nacional, disminuyendo el porcentaje de atún rojo que se destina al mercado nipón (antes destino del cien por cien de las capturas).
“Es un producto cada vez más apreciado por restaurantes y consumidores, lo que ha provocado que el 60 por ciento se destine al mercado nacional y europeo, vendiéndose el 40 restante en Japón”.
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